Empezamos a sentir lo que será parte del proceso del nuevo vínculo bilateral con Estados Unidos. La presión de Donald Trump por mantener empleos e inversiones en su país ha generado una fuerte presión hacia economías con las que su relación comercial es importante como es el caso de México y de China.

 

Con respecto a nuestro país, el vínculo comercial alcanza más de 530 mil millones de dólares anuales apoyado por un acuerdo de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. La mano de obra más barata y una producción de calidad con beneficios fiscales para muchas empresas hicieron que nuestro territorio creciera en la maquila, producción y exportación.

 

Hoy, Donald Trump está presionando para frenar nuevas inversiones en nuestro país. En especial lo hace con el sector automotriz. Ayer, Ford anunció la cancelación de un proyecto para una planta en San Luis Potosí por mil 600 millones de dólares y el efecto se sintió sobre el tipo de cambio de inmediato que llegó a concluir en el mercado interbancario en 21.11 pesos por dólar. Es el inicio solamente.

 

Para la economía de Estados Unidos, el escenario de 2017 se ve positivo con una expectativa de crecimiento anual alrededor de 2.2-2.3% respecto de 1.9% que habría concluido probablemente en 2016.

 

Inversionistas y sociedad americana quieren ver en acción ya al Presidente electo, Donald Trump, y será a partir del 20 de enero próximo. Esperan, durante los primeros 100 días de gobierno, acciones claras que den luz de lo que verdaderamente será su administración, y además, quieren ver la relación y alcance que tendrá con el Congreso que tanto en la Cámara alta como en la Cámara baja son republicanas.

 

Los mercados han asumido la posibilidad del descenso en impuestos tanto para personas físicas como para las empresas, pero habrá que ver si será por etapas y el porcentaje de ajuste que al final serviría para un mayor consumo, ahorro o, en su caso, nuevas inversiones, y si en dado caso hay un mayor estímulo para las compañías que generen nuevos empleos o regresen su capital al país.

 

También han asumido la posibilidad de reducir algunos niveles de regulación como es el caso del sector financiero, que permitirían al sector bancario, por ejemplo, generar una mayor operación y formas de más ingresos frente a un alto costo de la regulación actual.

 

Trump se ha comprometido a incrementar el gasto en infraestructura, para lo cual buscará el apoyo de la iniciativa privada, pero necesariamente deberá recurrir a un mayor endeudamiento. A todo esto le hemos llamado un “crecimiento apalancado”, por lo que es probable ver, por un lado, una presión hacia la inflación futura y, como consecuencia, un aumento en las tasas de interés durante el presente año.

 

Por cierto, en unas horas estaremos conociendo las minutas de la Fed de la reunión pasada del 14 de diciembre, que nos dará una pauta de cómo le hará la Fed para llevar la economía sin un claro “sobrecalentamiento”.

 

Así, consideramos que las bolsas seguirían buscando probar sus niveles máximos históricos y quizá durante los primeros 100 días de gobierno mantengan cierta confianza futura. Será en el segundo trimestre del año cuando se vea si las bolsas conservarán su tendencia de alza o, bien, empezará un proceso correctivo de un movimiento de alza generado desde 2009. Las tasas de interés podrían incrementarse alrededor de 100 a 125 puntos base, que presionarán el alza en toda la curva y un dólar que parece iniciar con ímpetu al menos en estos primeros meses.

 

Así, todo este escenario se encamina a que la Fed tendrá que lidiar con la “divergencia” de políticas monetarias frente a la Zona Euro, Japón y China como economías representativas. El riesgo de un aumento en la inflación de Estados Unidos parece más claro, tanto por la base estadística como por el propio incremento en precios de materias primas.

 

La moneda está en el aire. Inversionistas americanos dan un nuevo voto de confianza a la próxima administración. El otro tema será el manejo de la política exterior de Trump, en donde parece que la relación con China será tensa y quizá busque alianzas con Rusia, lo que llevaría a fortalecer el sector defensa y contrarrestar lo que sucede en Medio Oriente y las amenazas continuas de Corea del Norte.