Durante estos primeros cinco meses del año, la actividad en las economías de México y Brasil presentó un desempeño positivo en los diferentes indicadores económicos. Moody’s mantuvo la calificación crediticia de México, aunque la dejó con perspectiva negativa luego de conocer que Pemex logró mejorar su estructura financiera y registró utilidades después de 17 trimestres de pérdidas. Brasil está en riesgo, S&P amenaza con rebajar su rating al complicarse el escenario político y la deja en “revisión especial negativa”.

 

 

En México, por ejemplo, se dio a conocer el PIB al primer trimestre del año creciendo a tasas anuales de 2.8%, apoyado por el consumo interno que, a su vez, se ha visto favorecido por la creación de empleos (más empleos, aunque de menor calidad), las remesas familiares y el financiamiento bancario, pero creciendo a menor ritmo.

 

 

Se empieza a ver una mayor actividad en la balanza comercial, aunque dominada por un sesgo deficitario. Entre lo que afecta siguen siendo los indicadores de manufactura y servicios, así como la producción industrial, en donde hemos visto cómo Estados Unidos alcanzó su mayor crecimiento en dos años y, sin embargo, en México la expansión es cero ante la incertidumbre de la revisión del TLCAN, la depreciación acumulada del peso mexicano y el bajo nivel de confianza para el consumo y la inversión.

 

 

Las tasas de interés se han venido presionando al alza. El Banxico ha sido reiterativo y actuará para contener la inflación. Hoy ya el fondeo diario está en 6.75%, acumulando 100 puntos base al alza en el año. Hasta ahora, el efecto sobre el crecimiento económico ha sido limitado, pero consideramos que entre el segundo y tercer trimestre del año, la economía se estará desacelerando hacia un crecimiento anual de 1.7%.

 

 

En el caso de Brasil, las condiciones de la economía se muestran más positivas como para esperar la salida de su recesión e iniciar una fase modesta de recuperación. La inflación, por ejemplo, logró desde mediados de 2016 techos sobre niveles de 9.5%, hasta el nivel actual en 4.08%, lo que permitió reducir la tasa de interés desde niveles de 14.25% a 11.0% actual.

 

 

La tasa de desempleo aún pesa en su actividad al aumentar hasta 13.7% anual desde 11.2% en abril de 2016. En ese sentido, consideramos que la economía carioca tendrá algunos trimestres de cierto crecimiento que la llevarán a expandirse a tasas arriba de 0% en este 2017 respecto a -2.5% en el último trimestre de 2016. El nivel de confianza al consumidor ha mejorado un poco.

 

 

Ahora, los temas de corrupción y obstrucción de la justicia podrían llevar a la salida del presidente Michel Temer, repercutiendo en fuertes ajustes en los mercados financieros. Sería increíble y muy costoso que la situación política afecte el contexto económico y las acciones del banco central brasileño.

 

 

En México preocupa el resultado de las elecciones de los estados de la República para este 4 de junio. En caso de ganar la oposición, se corre el riesgo de empezar a cambiar el modelo económico.