Terminó 2016 con una inflación en México del orden de 3.36% general, pero la inflación al productor concluyó en 7.73% excluyendo petróleo, lo que refleja el riesgo potencial de un aumento en la inflación durante 2017, en la que, por un lado, la depreciación del peso en 2016 ascendió a 20.5% y en 2017 se registra 3.0% adicional. Por otro lado, el riesgo de un aumento en el costo de la gasolina lleva un incremento natural en el precio de flete o traslado de productos que abarcan a casi todos los sectores de la economía y que, de alguna manera, se corre el riesgo de una transferencia de precios al consumidor.

 

 
Algunas instituciones ya consideran un estimado de inflación 2017 en un rango desde 4.70 y hasta 5.20%. La inflación anual en mercancías y servicios se presionaron durante diciembre. Por ejemplo: los alimentos, bebidas y tabaco registraron un aumento anual de 4.40%, la educación se incrementó 4.26% y el ciclo de algunos agropecuarios que al final incidieron en un aumento de 4.31%.

 

 
El precio en la gasolina en la que coincido con la calificadora HR Ratings estará determinado en 2017 por:

 

 
a) La tarifa impositiva que establece la propia SHCP.

 

 
b) Los costos de operación relacionados a la distribución de la gasolina y otros temas operativos de las gasolineras.

 

 
c) Precios internacionales del petrolífero (tomando como referencia la gasolina reformulada, el riesgo de alza en el mediano plazo es significativo).

 
d) El movimiento del tipo de cambio peso-dólar en el que existe un problema estructural generado por el alto endeudamiento del gobierno, su bajacapacidad de reducir más y mejor el gasto público (necesario), así como el uso más eficiente del mismo que brinde mayor transparencia y confianza. Además, el factor Trump que, sin duda, ha frenado el tema de inversión y consumo privado que se suma al presupuesto austero del gobierno.

 
La divisa nacional podría estar registrando niveles históricamente más débiles respecto al dólar que al considerarse pesos por dólar decimos máximos históricos, pero significa más pesos por cada dólar. Al tema estructural ya comentado, vemos que la llegada el 20 de enero de Donald Trump y sus primeros 100 días en donde querrá definir acciones importantes como la revisión del TLC para América del Norte, así como el riesgo de algún impuesto especial en remesas que pudiera afectar el envío a México y el tema migratorio que podría considerarse relevante.

 

 
También, sin duda, alzas en las tasas de interés por parte de la Fed podrían mantener un ritmo de alza en las tasas locales y el peso mexicano por una probable fortaleza del billete verde en lo general.

 

 
Además, existe una presión de evitar nuevas inversiones para producir en México, como lo manifiesta el sector automotriz, en donde claramente el riesgo de un aumento en la tasa impositiva puede hacer viable o no producir en México y exportar a Estados Unidos. Por ello, tasas de impuestos de 20% o más podrían ser negativas para nuestro país y, en su caso, seguir frenando proyectos ya definidos como fue el caso de Ford o, bien, evitar nuevas oportunidades de inversión. Pero también se puede abrir hacia el sector de alimentos y bebidas procesadas, productos agropecuarios, de tecnología y material eléctrico, energético, minería (plata).