El día de ayer, el Banxico decidió incrementar las tasas de interés en 50 puntos base para situarlas en 6.25%. El objetivo del banco central es claro: controlar los riesgos de transferencia de precios al consumidor originados por el movimiento del peso mexicano, que a pesar de situarse con una apreciación de 2.15% en el año, llegó a cotizar en 22.05, reflejando una pérdida superior a 6.0%. El promedio diario de la divisa nacional asciende a 21.25. La inflación al productor se presionó a 9.81% y al consumidor, a 4.72% y aún falta la liberalización de los costos de la gasolina, que, por cierto, ha rebotado en los últimos días en los mercados internacionales.

 

 

 
A partir de este nivel, los bancos ampliarán sus márgenes de utilidad entre la tasa activa y pasiva, pero sus carteras crediticias podrían empezar a sufrir cierto deterioro.

 

 
Moody’s sigue muy preocupada por el incremento en la deuda pública, y el riesgo de un bajo crecimiento de la economía mexicana podría llevar a un ajuste en la calificación crediticia de nuestro país. Fitch ya se pronunció por el efecto del aumento en la gasolina hacia el incremento en el gasto de gobierno, estados y municipios.

 

 
Por otro lado, se inicia un proceso de “especulación” sobre la sucesión de gobernador del Banco Central. Hasta ahora se ha dicho que el presidente Enrique Peña Nieto no modificará políticas para definir al sucesor, quien debe de ser autorizado por el Congreso. Así, los nombres se reducen.

 

 
En la semana se mencionó a Alejandro Díaz de León, quien fue nombrado en diciembre pasado subgobernador del Banco Central tras dejar la dirección del Bancomext, como una opción probable para ocupar la titularidad de la entidad monetaria, según seis de 10 economistas de los principales bancos del país. Alejandro Díaz es licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM); además, cuenta con una maestría en Administración Pública y Privada por la Universidad de Yale.

 

 
En su experiencia laboral destacan cargos como titular de la Unidad de Crédito Público, en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; vocal ejecutivo del Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (PENSIONISSSTE) y director de Estudios Económicos y director de Análisis Macroeconómico en el Banco de México. También se desempeñó como director general de Operaciones del Banco Central.

 
A partir del próximo 1 de julio de 2017, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, dejará su cargo al frente del Banxico para ocupar la gerencia general del Banco de Pagos Internacionales. Por ello, los tiempos se empiezan a mover.

 

 
El Banco de Pagos Internacionales (BPI por sus siglas en inglés Bank for International Settlements o BIS) es una organización internacional financiera, propiedad de numerosos bancos centrales con sede en Basilea (Suiza). Conocido como el “banco de los bancos centrales”, el BPI fomenta la cooperación financiera y monetaria internacional y sirve de banco para los bancos centrales.

 

 
Lo ideal será contar con un perfil de gobernador que sepa de política monetaria, que conozca muy bien el Sistema Financiero Mexicano, que sea plenamente “autónomo” en su análisis y toma de decisiones, que trabaje en equipo y que siga con una comunicación abierta y clara hacia la sociedad, medios de comunicación, mercados e inversionistas tanto nacionales como extranjeros.

 
Entre lo político y económico…

 
Este mes, el senado verá desfilar a aspirantes para elegir al fiscal Anticorrupción. Entre ello llama la atención el perfil de Ricardo Peralta Saucedo, maestro de Derecho por la UNAM y catedrático de más de 20 años de experiencia. Cuenta con el aval de 20 organizaciones civiles en derechos humanos, politólogos y escritores. Demos tiempo.