México está viviendo un momento importante en términos económicos. Concluyó 2016 con un crecimiento de la economía de 2.3% y una inflación del orden de 3.4% anual. Sin embargo, las condiciones propias del flujo en el gobierno se restringieron por las obligaciones financieras, por el costo del dinero en pesos y en moneda extranjera que elevó los requerimientos de recursos para el pago por servicio de deuda después de los movimientos de depreciación de la divisa nacional, del incremento de 300 puntos base en la tasa de interés por parte del Banxico (considerando la primera reunión de política monetaria de 2017) y en menor medida de la Fed en diciembre pasado.

 

Además, existen rubros en donde la necesidad de flujo se presiona como el referente al Sistema de Pensiones (seguridad social), entre otros, así como en programas sociales que hoy no pueden desvincularse, rubros de participaciones a entidades federativas y municipios, Pemex y la CFE, las diferentes secretarías, como la de Educación y la nómina de los maestros, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, etcétera.

 

El incremento significativo en el precio de las gasolinas vino a dificultar las acciones del Gobierno federal, ya que en los próximos meses habrá procesos de elecciones en varias entidades: Estado de México, Nayarit y Coahuila, así como las votaciones presidenciales de 2018, el factor social alteró las condiciones esperadas por el gobierno. La inflación se ubica ya más cerca de 5.0% al cierre de febrero y veremos la inflación del productor que ha venido aumentando y se ubica en 9.81% anual a enero.

 

En la encuesta reciente de Consulta Mitofsky, la evaluación del gobierno sigue a la baja destacando aspectos de la economía y de la seguridad nacional. En dicho sondeo, la inflación aumentó 20 puntos para alcanzar en febrero niveles de 22.8 unidades, superando el tema de inseguridad que se estancó en 22.7 unidades. El riesgo de una crisis por el factor Trump y el recorte en gasto del propio gobierno marcaron el tercer lugar en importancia con 20.8 puntos. Ya en menor medida vienen el desempleo, la corrupción y la pobreza con 9.1, 8.9 y 5.7 puntos, respectivamente. Sin embargo, existe un aumento por la situación de la economía mexicana que supera por ahora el de inseguridad 64 por 35 puntos.

 

Ahora, también se mide en cinco regiones, en la que cada una tiene sus prioridades. En la región noroeste del país destaca la inflación, inseguridad, crisis y corrupción.

 
En la región Noreste están prácticamente igual la inflación y la inseguridad, teniendo la crisis, la corrupción y el desempleo.

 

En el Occidente, muy cerca la inflación y la crisis, teniendo después la inseguridad, la corrupción, desempleo, pobreza y narcotráfico.

 

En la región Centro, primero está la inseguridad, crisis e inflación en ese orden, y en menor medida el desempleo, la corrupción y la pobreza.

 

En la región Sureste destaca la crisis, le sigue la inflación, la inseguridad y el desempleo.

 

Así, estamos viendo que el efecto por la liberalización de la gasolina será un factor complicado. El Banxico tuvo que activar con rapidez las coberturas cambiarias para tratar de estabilizar el tipo de cambio y con ello poder mantener los precios de la gasolina relativamente estables. Pero, ¿qué pasará después de junio cuando hayan concluido las elecciones estatales? Es probable que el precio de éstas tienda a subir.