Qué difícil decisión tuvo que tomar el doctor Agustín Carstens la semana pasada en medio de la un instante de gran incertidumbre sobre el rumbo y la condición de la economía mexicana, pero en la que ha contribuido por 36 años como servidor público. Las oportunidades llegan de repente y quizá si uno esperara el “momento oportuno”, seguramente las perdería.

 

Eso no significa ser “traidor”, como algunos lo han llamado. Agustín es una persona con gran trayectoria que, como todos, tiene aspiraciones y objetivos en la vida profesional, personal y de familia. Agustín “no es México”, aunque en los últimos años especialmente ha contribuido a la estabilidad económica del país.

 

¿Se va en un momento difícil? Sin duda, porque en México reina la “incertidumbre” sobre la nueva relación bilateral que tendrá con Estados Unidos y con riesgos de entrar a una tendencia de alza en las tasas de interés americanas que significa un riesgo alto de movimientos de flujos de capitales.

 

El Banxico ha tenido de subir 200 puntos base las tasas de interés en este año y seguramente las seguirá aumentando en su próxima reunión. La depreciación acelerada del peso mexicano en casi 20% en 2016 ha generado una brecha fuerte entre los costos al productor y al consumidor, que empieza a traspasar los precios al producto, servicio o, bien, final. Las expectativas de inflación anual de algunas instituciones para 2017 alcanzan 4.7%.

 

El Gobierno federal tendrá una tarea muy difícil para 2017 con un presupuesto muy austero y una necesidad de alcanzar pronto un punto de “inflexión” en la relación deuda / PIB. El desempeño de la presente administración ha tocado “el límite de lo razonable”, requiere de acciones decisivas para mantener el “orden y estabilidad macroeconómica” en medio de un entorno internacional muy complicado. La calificación crediticia está en juego.

 

Agustín, estamos orgullosos de que un mexicano con tu perfil dirija al banco de bancos centrales. Es un “premio” al esfuerzo de 36 años. El Banxico contará con un nuevo gobernador con perfil institucional que tenga un amplio conocimiento del sistema financiero, del manejo de la política monetaria y un liderazgo propositivo y con “autonomía” como tú.

 

Escribimos un poco de la semblanza profesional de Agustín Carsterns:

 

Inició su carrera en 1980 en el Banco de México y en 1989 fue nombrado tesorero internacional al tiempo que fungió como representante del Banco en las negociaciones de los bonos Brady de la deuda externa mexicana.

 

Fue tesorero, se desempeñó como jefe de asesores del gobernador del Banxico, director general de Investigación Económica; fungió como director ejecutivo en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

De 2000 a 2003, el doctor Carstens fue subsecretario del ramo en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y, posteriormente, se incorporó al Fondo Monetario Internacional como subdirector gerente, en donde se hizo cargo de la relación del fondo con aproximadamente 70 países miembro.

 

En octubre de 2006 se incorporó como miembro del equipo de transición del entonces Presidente electo, Felipe Calderón; como coordinador del área económica y encargado de diseñar la estrategia económica-financiera de esa administración y fue nombrado secretario de Hacienda y Crédito Público, puesto que ocupó hasta el 9 de diciembre de 2009. Siendo secretario de Hacienda, el doctor Carstens se desempeñó también como presidente del Comité de Desarrollo del FMI y del Banco Mundial, de marzo de 2007 a octubre de 2009.

 

El 9 de diciembre de 2009 fue propuesto por el entonces presidente Calderón como nuevo integrante de la Junta de Gobierno del Banco de México, y a partir del 1 de enero de 2010 fue nombrado gobernador del Banco de México, donde ha permanecido hasta ahora.

 

El 10 de enero de 2011, el consejo del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) eligió al doctor Carstens como nuevo integrante de dicho consejo y ahora lo invita a presidir la institución a partir de octubre de 2017, por lo que presentó su renuncia ante el Presidente de México, la cual será efectiva el 1 de julio de 2017.

 

Se tendrá que buscar desde ahora a la persona idónea, aunque también totalmente transparente y confiable hacia la institución y al sector financiero nacional e internacional. El presidente Peña Nieto y el propio Gobierno federal tienen una tarea “de mucha calidad, transparencia y precisión”.