GINEBRA. La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) negó que su secretario general Jerome Valcke haya hecho el pago de 10 millones de dólares para sobornar a Jack Warner, cuando era titular de CONCACAF.

 

Ese pago habría sido para que el titular de la Confederación de futbol de América del Norte, América Central y el Caribe, diera su voto a Sudáfrica como sede de la Copa Mundial de 2010.

 

“Ni el secretario general Jerome Valcke, ni ningún otro miembro de la alta dirección de la FIFA estaban involucrados en la iniciación, aprobación y ejecución del pago”, dijo la FIFA en un comunicado.

 

El pago es “la pistola humeante” en la investigación iniciada por la justicia estadunidense sobre FIFA, pues se hizo desde cuentas bancarias del organismo rector del futbol y fue autorizado por “un funcionario de alto rango de la FIFA”.

 

Investigadores estadunidenses creen que dicho oficial es Valcke, mano derecha del actual presidente, Joseph Blatter.

 

La FIFA explicó que había acordado con el gobierno sudafricano hacer el pago a cuentas de Warner en tanto presidente de la CONCACAF y vicepresidente del comité de finanzas de la FIFA, para “actuar como fiduciario del fondo Programa Legado Diáspora”.

 

El pago de los 10 millones de dólares, hecho en tres transferencias de las cuentas bancarias de FIFA en Suiza a una cuenta de Bank of America en Nueva York, entre enero y marzo de 2008, fueron autorizados por el entonces presidente del comité de finanzas, Julio Grondona quien falleció en julio de 2014.

 

FIFA aseguró que los pagos autorizados por Grondona, como jefe del comité de finanzas, no necesitaban ser autorizados y eran procesados por el departamento de finanzas.

 

Por su parte Valcke, no ha hecho declaraciones a la prensa y canceló su viaje para la inauguración de la Copa Mundial Femenil en Canadá el próximo 6 de junio, debido a “asuntos de importancia” en Zúrich, sede de la FIFA.

 

Warner, ex vicepresidente de la FIFA, es uno de 14 funcionarios del organismo imputados por el departamento estadunidense de Justicia por corrupción y fraude que ascienden a unos 150 millones de dólares.

 

El ex funcionario de Concacaf abandonó la cárcel en Trinidad y Tobago el jueves pasado después de que se le concedió la libertad bajo fianza.