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Washington. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos acusó al grupo italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA) de modificar los motores diésel de varios modelos de sus vehículos para manipular las emisiones, una acusación que el fabricante rechazó.

 

 
En el caso estarían involucrados unos 104 mil automóviles de los modelos 2014, 2015 y 2016 del todoterreno Jeep Grand Cherokee y la camioneta Dodge Ram 1500 con motores diésel, ninguno de los cuales se fabrica en México.

 

 
El software en cuestión reduce la cantidad de óxido de nitrógeno, una sustancia considerada cancerígena por las autoridades sanitarias.
En un comunicado, Fiat Chrysler negó las acusaciones y manifestó su intención de “trabajar con la Administración entrante” del presidente electo, Donald Trump, para “resolver este asunto de forma justa”.

 

 
El anuncio de la EPA provocó una caída de las acciones de la empresa en Wall Street de más de 13% y la suspensión temporal de su cotización, aunque luego se recuperaron levemente.