El director del FBI, James Comey, confirmó que su agencia está investigando si hubo “alguna coordinación” entre Rusia y la campaña de Donald Trump para influir en los comicios de noviembre, a la par que negó tener pruebas sobre las acusaciones del magnate contra el ex Presidente Barack Obama.

 

 

 

La largamente esperada primera audiencia pública en el Congreso de EU sobre la injerencia rusa en las elecciones del pasado 8 de noviembre confirmó tres aspectos fundamentales sobre el asunto.

 

 

 

En primer lugar, no hay pruebas sobre la presunta interceptación por parte de Obama de las comunicaciones en la Torre Trump; segundo, el Gobierno ruso maniobró para influir en los resultados electorales, y tercero, el Buró Federal de Investigación (FBI) desconoce, e investiga aún, si el Kremlin y la campaña del magnate se coordinaron a tal efecto.

 

 

 

El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara baja, el republicano Devin Nunes, quiso despejar desde el principio la duda sobre las presuntas escuchas sobre el rascacielos neoyorquino del magnate, y aseguró en su intervención de apertura que “no hubo ningún pinchazo en la Torre Trump”.

 

 

 

Así lo corroboró más tarde Comey, quien, interrogado por los congresistas, afirmó “no tener información que apoye los tuits” con los que el actual mandatario acusó a su predecesor de haber intervenido sus comunicaciones.

 

 

 

“Ningún individuo en Estados Unidos puede ordenar la vigilancia electrónica de nadie, tiene que pasar por un proceso de solicitud”, explicó el director del FBI, quien agregó que el Departamento de Justicia tampoco tiene constancia de ninguna prueba que pueda respaldar las acusaciones de Trump.

 

 

 

En relación con esa cuestión, el director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Michael Rogers, también negó cualquier participación de la inteligencia británica en dichas escuchas, como sugirió la semana pasada el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.

 

 

 

Comey afirmó ante los congresistas que su agencia está indagando sobre la naturaleza de los vínculos entre el equipo de Trump y el Gobierno ruso, y si hubo “alguna coordinación” entre los esfuerzos del Kremlin y la campaña del magnate.

 

 

 

El director del Buró Federal de Investigaciones (FBI) agregó que la investigación también examinará si se cometió algún tipo de crimen, en relación a las filtraciones de los correos del Comité Nacional Demócrata (DNC) y el jefe de campaña de la entonces candidata presidencial del partido, Hillary Clinton, John Podesta.

 

 

Aunque dada la delicadeza de la investigación y el hecho de que aún esté en curso Comey no pudo responder a muchas de las preguntas de los congresistas por cuestiones de seguridad, también advirtió que la filtración de ciertos documentos pueden llevar incluso a una pena de 10 años de prisión.

 

 

 

Tras la esperada audiencia, Spicer insistió en su rueda de prensa diaria en la falta de pruebas que confirmen un complot entre los rusos y el equipo de Trump, y aseguró que después de escuchar a Comey y Rogers “nada ha cambiado”.

 

 

 

De hecho, pese a que en la audiencia se reiterara en varias ocasiones la ausencia de pruebas que demuestren las acusaciones de Trump sobre Obama, el vocero insistió en que el Presidente no se retractará de sus afirmaciones y tampoco pedirá disculpas.
Exigen disculpas 
“El presidente Trump le debe al pueblo estadounidense y al presidente Obama más que una explicación, debe una disculpa. Debe admitir que se equivocó, detener los tuits absurdos y ponerse a trabajar en nombre de este país”
Chuck Schumer
Líder de la minoría demócrata en el Senado

 

 

Presentan ley para frenar muro

 

 

Un grupo de 24 senadores demócratas presentóun proyecto de ley para suspender la orden ejecutiva de Donald Trump, que aboga por la construcción de un muro con México para taponar la inmigración ilegal.

 

 

Los senadores aseguran que no hay evidencias de que un muro con México es necesario, ya que la frontera ya está vallada en los puntos en los que esa infraestructura es eficiente. Además, recuerdan que las prisas para su construcción son otra señal más de posibles desperdicios de dinero en la ejecución de esta infraestructura.