En Harvard, Eduardo Matos arrasa con una cátedra

Eduardo Matos Moctezuma, arqueólogo y teórico mexicano, recibió aplausos en la Universidad de Harvard. Desde el otro lado del Atlántico, Matos Moctezuma nos hace recordar que el pasado en México existía. Y que el país lo hacía más allá del general Porfirio Díaz y del legendario revolucionario Pancho Villa. En Harvard habló de que la fábula constituyente del águila y la serpiente, encontró sus raíces en el subsuelo del centro de la Ciudad de México. Of course, en un ejercicio brillante de alquimia histórica, fundió nuestro presente (los edificios coloniales del centro de nuestra capital; los imperiales, porfiristas, modernistas, etcétera) con su pasado, los restos del templo Mayor.

 

Y con su grato sentido del humor, Eduardo Matos Moctezuma (su segundo apellido es el de una princesa que Hernán Cortés llevó a España y procreó allá una familia de abolengo) explicó que su relación laboral con el Museo de Antropología e Historia dio comienzo cuando sólo era un niño de cinco años. Los asistentes/estudiantes, maestros/científicos, sólo reían. ¿Por qué?, el INHA ha sido su casa por largos años, pero ¿demasiados? El doctor francés Dominique Verut (qepd), amigo íntimo de Matos, apuntó –hace corto tiempo– lo siguiente: “Este teórico es de altura. Va a cumplir más de cuatro décadas como director del Templo Mayor. O sea, es un pionero. Matos fue el arqueólogo que trajo de vuelta del inframundo los restos del centro ceremonial del imperio azteca, oculto entonces bajo un estacionamiento de la Secretaría de Hacienda”. Y el académico se acordó de aquello cuando inauguró su cátedra en Harvard.

 

El arqueólogo leyó un impactante discurso en el auditorio del MNA, que también dirigió rodeado de colegas/amigos. El célebre teórico es el primer mexicano cuyo nombre da título a una cátedra del célebre centro de estudios. Un honor, pero también una declaración política.

 

 

Vista de una área de Ibiza

Resort para los que no se aburren

Adriana Abascal, enamorada de Ibiza

Con numerosos atractivos reunidos, el Ushuaia Ibiza Beach es un resort en el que no hay forma de aburrirse. Nuria Busquets, amante de la Imagen Pública y PR hispana, opina que con el mar de frente y una atmósfera fantástica, ha visto por allí a Isabel Preysler (pareja de Mario Vargas Llosa), a los mexicanos Genoveva Casanova, Adriana Abascal, Federico Kampf, y Henri Chateau Lourd, además de otros personajes que han vuelto al Ushuaia Ibiza su resort favorito. ¿Por qué?: las suites fueron construidas para cualquier tipo de eventos, y todas ellas poseen diseños eclécticos, no modernos contemporáneos. Los espacios VIP tienen jacuzzi al interior y otro en la terraza, sumando de amplísimos recibidores. Este hermoso resort cuenta con una goleta y un yate para explorar el Mar Mediterráneo. Tiene cuatro restaurantes gourmets principales, sumándose el Up Ibiza Sky Society, donde Nuria Busquet ha atendido a la mayor plana de celebridades internacionales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pueblo solidario y arriesgado”

El periodista Jorge Ramos sí sabe cómo sumar

Conozco a Jorge Ramos hace más de tres décadas. Para él, es imperativo la defensa de la democracia y de la sociedad frente al poder. “Es mi constante de vida”, confiesa el periodista y presentador del Noticiero Univisión, además ganador del reconocimiento a la Excelencia, Premios Gabo 2017, que se celebraron recientemente en Medellín. Es un férreo defensor de los derechos de la sociedad hispana frente a Donald Trump (“es el presidente más xenófobo en décadas en los Estados Unidos”).

 

Para Ramos, directo, amante de hablar cara a cara, es vital comentar que “lo que ocurrió en México hace unas semanas, es un dejá vu del terremoto de 1985”, registrado el mismo día, un 19 de septiembre”. Y añadió que ante los enormes vacíos del gobierno, los ciudadanos salieron solos y se organizaron, y así como aquel terremoto del 85, precedió las primeras elecciones democráticas en México en el año 2000, el reciente evento va a tener consecuencias en otras áreas/aristas de nuestra vida cotidiana”. Nos vemos próximo jueves. Y hasta la próxima, ¡abur!