La Unión Europea (UE) y Reino Unido inician hoy aquí las negociaciones de los términos del divorcio que consumará el fin de una relación de 44 años, decidida por el 52 por ciento de los ciudadanos británicos, hace un año.

 

En una cita presidida por el negociador en jefe de la UE, Michel Barnier, y el ministro británico para el “Brexit”, David Davis, ambos lados deberán tratar, en primero lugar, de aspectos prácticos del proceso.

 

Los europeos esperan recibir un poco más de claridad en cuanto a las ambiciones de Londres.

 

Al formalizar el pedido de separación, el 29 de marzo, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó que su intención es pactar un “Brexit” duro, que culmine con la salida de su país tanto del mercado común europeo como de la unión aduanera.

 

No obstante, el resultado de las elecciones anticipadas del 8 de junio, en las que May perdió la mayoría absoluta en el Parlamento, ha puesto en jaque su capacidad de recabar apoyo para la línea anunciada.

 

Aún así, Davis rechazará la puerta abierta dejada recientemente por el presidente francés, Emmanuel Macron, y por el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble.

 

“Pese a los intentos de los líderes europeos de mantener abierta la posibilidad de que Reino unido permanezca en la UE, el señor Davis dejará claro que está determinado a alcanzar un acuerdo para el Brexit que funcione para todo el Reino Unido”, afirmó el gobierno británico en una declaración.

 

El representante de Londres dirá a sus interlocutores europeos que Reino Unido “desea que ambos lados salgan fortalecidos y prósperos” de ese divorcio.Por su p

 

arte, los 27 países que permanecen en la UE ya han aclarado sus tres prioridades, al empezar por garantizar los derechos de los cerca de cuatro millones de ciudadanos europeos que residen en Reino Unido y británicos que viven en otro país de la mancomunidad.

 

Bruselas quiere que todas las personas que han residido legalmente en Reino Unido durante cinco años conserven de por vida los derechos adquiridos, aunque ese período se complete después de la conclusión del Brexit.

 

Ello incluye el derecho de residencia permanente, asistencia médica y educación.

 

Los europeos prometen reciprocidad con los británicos residentes en uno de sus 27 países, la mayoría de los cuales se encuentran en España y Portugal.

 

La segunda prioridad es cifrar el monto que Londres deberá abonar a la UE por los compromisos financieros asumidos en el último marco presupuestario multianual, así como para cubrir los costos específicos que serán generados por su salida de la mancomunidad.

 

Los europeos estiman el valor en 60 mil millones de euros, una cifra contenplada por el gobierno británico.

 

Otro tema prioritario para los 27 remanentes del bloque será asegurar una frontera “blanda”, que permita la libre circulación de bienes, entre la británica Irlanda del Norte y la independiente República de Irlanda, que permanecerá en la UE.

 

Queda por ver si Londres aceptará la exigencia de Bruselas de realizar “suficiente progreso” en las tres áreas prioritarias para la UE antes de empezar a hablar de su futura relación bilateral.

 

Las dos partes tienen hasta el 29 de abril de 2019 para llegar a un acuerdo final, fecha en la que las leyes europeas dejarán de aplicarse en el territorio británico.

 

Las pláticas de hoy alimentarán la agenda de una reunión entre los jefes de Estado y de gobierno de la UE paralela a la cumbre que celebran este jueves y viernes en Bruselas.

 

May participa de la cumbre, pero no está invitada a la cena dedicada al “Brexit”.

 

jram