ESTRASBURGO. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, trató de devolver a los ciudadanos la confianza en la Unión Europea con propuestas centradas en la inversión y el crecimiento y con una apuesta por reforzar la seguridad y la defensa a nivel supranacional.

 

En su discurso ante el Parlamento Europeo sobre el estado de la Unión, sobre el que había una gran expectación, Juncker mostró que la economía sigue siendo una importante prioridad para el Ejecutivo al centrar su propuesta más concreta en duplicar la capacidad financiera de su plan de inversiones, el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas.

 

El objetivo, explicó, es alcanzar al menos 500 mil millones de euros de aquí a 2020 y tratar de movilizar 630 mil millones en 2022.

 

“Europa tiene que invertir en su juventud, sus ciudadanos que buscan empleo, sus pequeñas empresas”, subrayó.

 

Las próximas acciones de la Comisión, anunció Juncker, se centrarán también en la conectividad -prometió wifi público en todas las ciudades de aquí a 2020 y 5G en 2025-, la defensa del “Copyright” europeo -“Quiero que los creadores reciban un pago justo por su trabajo”, afirmó- y la creación de empleo juvenil.

 

Pero la polémica en la Eurocámara llegó con su gran propuesta sobre seguridad y defensa: crear un “cuartel general único” y un “fondo europeo de defensa” para que la UE sea más eficaz y desarrolle más su industria en ese ámbito.

 

“Europa ya no puede permitirse ir a caballito del poder militar de otros, o dejar que Francia defienda sola su honor en Mali”, enfatizó Juncker.

 

Aunque respaldada por las grandes fuerzas políticas del hemiciclo, la propuesta encendió los discursos de los populistas y fue rechazada por los euroescépticos.

 

Con un “Brexit” congelado a la espera de que Londres inicie oficialmente las negociaciones de salida de la UE y en pleno debate sobre la seguridad, lastrada por una oleada de ataques terroristas, la UE arranca así un curso lleno de deberes para recuperar la confianza ciudadana.