WASHINGTON. La aplastante y humillante derrota que sufrió el presidente Donald Trump de militantes de su propio partido en su obsesión de revocar la Ley de Salud Accesible conocida como Obamacare, amenaza tener un efecto dominó en otras de las prioridades de su agenda, con el Congreso.

 

Trump acusó al Freedom Caucus y a otros grupos conservadores de favorecer a los demócratas que, dijo Trump en un tuit este domingo, “sonríen, ya que Freedom House con ayuda del Club para el Crecimiento y Heritage ayudaron a salvar Plan Parenthood y Obamacare”.

 

Ademas, Trump invitó en un tuit a escuchar a la jueza Jeanine Pirro, en la cadena Fox News, quien pidió la renuncia de Paul Ryan, líder republicano en la Cámara baja, por el fracaso en el intento de revocar Obamacare.

 

A lo que conservadores como el congresista Jim Jordan, republicano de Ohio, respondió que en lugar del intercambio de acusaciones, debían continuar trabajando en busca de una solución.

 

En su mensaje de radio semanal, no volvió a mencionar el rechazo de su propuesta para revocar la Ley de Salud, sólo dijo que se “arremangarían las camisas para trabajar en el recorte de impuestos para familias, negocios y granjas de todo el país”, lo que no será tan fácil.

 

 

Infografía: Juan Ángel Espinosa

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Sin más de mil millones de dólares en impuestos que esperaba ahorrar con la revocación de esa ley, su promesa de grandes recortes de impuestos -de 35% a 15% a corporaciones e individuos, que los republicanos quieren dejar en 20%- es prácticamente imposible de cumplir, si Obamacare continúa vigente y el Congreso aprueba el presupuesto con incremento en gastos de Defensa.

 

También está en riesgo la inversión de un trillón de dólares (un billón) para la construcción y reconstrucción carreteras, puentes e infraestructura, que genere empleos e ingreso a empresas de Estados Unidos, además de otros 20 mil millones de billetes verdes en el levantamiento del muro y la vigilancia en la frontera, sin otras fuentes de ingresos alternos, lo que aumentará el déficit.

 

La Casa Blanca y el Congreso continuaron reuniones el fin de semana, para buscar factores de unidad del partido y superar la confrontación del Freedom Caucus (o Caucus por la Libertad) ahora confrontado con Trump y negociar soluciones que permitan cumplir otra promesa del Presidente: la “explosión o implosión de Obamacare”.

 

La Casa Blanca y los republicanos tratan, desde dejar de vigilar el estatus obligatorio de Obamacare, que es uno de los pilares de la Ley de Salud Accesible y brinda estabilidad a los mercados de seguros, hasta eliminar el suministro gratuito de anticonceptivos, a fin de:

 

– Crear una crisis que justifique la salida de esas empresas del mercado de seguro individual.

 

– Trabajar dando más garantías a esas empresas manteniendo el sistema intacto y, en todo caso, buscar la expansión de beneficiarios con un mayor número de participantes jóvenes.

 

Eliminar reglas y planes que incluyen proyectos que ofrecen la cobertura de medidas anticonceptivas y que ahora no implican un costo adicional para los consumidores.

 

Además, planean dar mayor impulso a la iniciativa de Trumpcare del Senado, de tres etapas y opuesta a la de la Cámara baja, que en caso de aprobarse, podría ser negociada en Conferencia Bicameral.

 

Trump, por lo pronto, se prepara para una semana difícil en la que los demócratas podrían bloquear la aprobación de Neil Gorsuch, nominado para ocupar la vacante del difunto juez Antonin Scalia, además de audiencias de los Comités de Inteligencia del Senado, para investigar nexos y comunicaciones del equipo de campaña presidencial del magnate con aliados del gobierno del Presidente ruso, Vladimir Putin.