En un marcado contraste con la retórica contra China de su campaña electoral, el presidente estadunidense Donald Trump consideró hoy que se avanzó en las conversaciones con su colega chino Xi Jinping y espera que se puedan superar muchos problemas.

 

“Enormes progresos” se han hecho en las conversaciones con el presidente chino, dijo Trump en el segundo y último día del encuentro presidencial, mientras el encuentro llegaba a su fin en el lujoso complejo estilo español de Mar-a-Lago, la llamada “Casa Blanca de Invierno”, en el sur de Florida.

 

Trump utilizó calificativos de “tremendo” progreso en las conversaciones y declaró la relación con Xi como “excepcional”, al expresar su confianza en que “muchos problemas potencialmente malos se irán”.

 

El mandatario estadunidense no ofreció detalle sobre qué tipo de diferencias trataron las dos mayores economías del mundo, pero antes de la reunión Trump había criticado las prácticas comerciales de China y había dicho que presionaría a Xi para que hiciera más para frenar los programas nucleares de Corea del Norte.

 

El presidente Xi también se refirió a la reunión en términos positivos, pero evitó dar detalles en su encuentro con la prensa.

 

Xi calificó el encuentro como “una relación de trabajo preliminar”, en la que se han comprometido en una comprensión más profunda para formar relaciones amistosas. “Por la paz y la estabilidad del mundo, también cumpliremos nuestra responsabilidad histórica”, dijo el líder chino.

 

Ambos dignatarios se mostraron muy cordiales durante el encuentro, el cual fue opacado por el ataque con misiles de Estados Unidos contra Siria, ocurrido la noche del jueves. La Casa Blanca dijo que Trump le contó a Xi sobre la ofensiva durante su cena.

 

Xi se unió a Trump al menos en el papel público en medio de profundas diferencias en temas que van desde el comercio hasta las pruebas nucleares de Corea del Norte. El mandatario estadunidense ha calificado a China como una manipulador de divisas.

 

Algunos funcionarios estadunidenses comentaron que el ataque a Siria también servirá como una advertencia de la voluntad de Washington de atacar a Corea del Norte si China no actúa para frenar las ambiciones nucleares de ese gobierno.

 

Pero la posición de China sobre Siria está mucho más cerca de la de Rusia que de la de Estados Unidos. Rusia, aliado del gobierno del gobernante sirio Bashar al-Assad, condenó el ataque.

 

Pero al menos en público, Xi se aferró a un guión protocolario sobre las virtudes de la cooperación, mientras que el mandatario estadunidense insistió en que habían formado una relación sobresaliente e hicieron grandes progresos.

 

Los dos presidentes todavía mantenían una última reunión y no había detalles específicos. Trump tiene planeada una visita a China para este año.

 

El encuentro comenzó el jueves pasado con una cena en Mar-a-Lago, en la que ambos líderes fueron acompañados por sus esposas