Cruz Velázquez Acevedo, un joven mexicano de 16 años de edad, falleció de forma casi instantánea cuando el pasado 18 de noviembre de 2013 al intentar cruzar la frontera de Estados Unidos con Tijuana fue interceptado por agentes fronterizos que lo cuestionaron sobre dos botellas de líquido que llevaba consigo.

 

El joven señaló que era “jugo de manzana”, a lo que los agentes contestaron pidiéndole que lo demostrara bebiendo unos tragos del líquido.

 

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El muchacho tomó unos tragos y comenzó a sudar profundamente, según reportes del Washington Post.

 

Las dos botellas contenían metanfetamina líquida, una droga altamente tóxica que mató a Velázquez de sobredosis en menos de 2 horas.

 

Cruz comenzó a apretar los puños y repentinamente su temperatura se elevó, mientras que los latidos de su corazón alcanzaron la velocidad de 220 latidos por minuto.

 

“¡Mi corazón! ¡Mi corazón!”, gritaba el joven, según se desprende de los documentos revelados por la corte en San Diego.

 

Esta semana, más de 3 años después del episodio, las autoridades de Estados Unidos acordó pagarle a la familia del joven mexicano $1 millón por su muerte.

 

En cuanto a los responsables del caso, los agentes Adrian Perallon y Valerie Baird, se dijo que ambos creían que el joven llevaba drogas consigo, pero no le realizaron pruebas químicas del líquido antes de que el muchacho lo ingiriera.

 

Según el mencionado diario, ninguno de los agentes fue suspendido o penalizado, y aún se encuentran empleados por la Oficina de Protección de Aduanas y Fronteras en San Diego. Con información de la BBC

 

jram