LOS ÁNGELES. Un inmigrante mexicano fue dejado en libertad tras permanecer 16 años de prisión sentenciado como un violador serial, delito que se comprobó no cometió, informaron autoridades judiciales.

 

Luis Lorenzo Vargas fue sentenciado a 55 años de prisión acusado como el “violador de la lágrima”, que abusó de mujeres en un suburbio de Los Angeles en la década de los años 90.

 

Vargas, quien era residente legal en Estados Unidos y originario de Tijuana, México, perdió su calidad migratoria en este país por lo que tras ser dejado en libertad, fue entregado al Servicio de Inmigración y Ciudadanía.

 

Cuando fue sentenciado a 55 años de prisión Vargas insistió ante el juez que era inocente y aseguró que se cometía una injusticia al encarcelarlo, tras advertir que el verdadero violador podría volver atacar.

 

El lunes, cuando fue exonerado por el juez William Ryan, el mexicano sólo movió la cabeza y estalló en llanto.

 

Vargas, de 46 años, fue encontrado culpable por un jurado de haber violado a tres mujeres que lo identificaron como el agresor de hechos ocurridos en Los Ángeles de febrero de junio de 1998.

 

The Innocence Project, un programa de la California Western School of Law en San Diego, revisó el caso y encontró fallas en el proceso, por lo que en diciembre de 2012 solicitó que se realizaran nuevas pruebas de ácido desoxirribonucleico (ADN).

 

El director de The Innocence Project, Alex Simpson, dijo que gracias a la evidencia biológica obtenida con tecnología que hace 16 años no existía se comprobó la inocencia de Vargas.

 

Las tres víctimas, identificadas como Teresa R., Edith G. y Karen P., aseguraron que Vargas era el hombre que las atacó, aunque existían inconsistencias en su descripción, ya que dos de ellas dijeron que tenía el tatuaje de dos lágrimas debajo del ojo izquierdo y sin bigote.

 

Vargas tiene el tatuaje de solo una lágrima y en ese entonces se comprobó que tenía bigote.

 

El verdadero “violador de la lágrima”, que no ha sido detenido, está vinculado con al menos 39 asaltos sexuales en el área de Los Angeles desde 1995, aseguró el capitán del Departamento de Policía de Los Angeles, William Hayes.