Estudiantes mexicanos diseñaron una alfombra “inteligente” que permite el cultivo en zonas de conflicto o tierras infértiles a través de la orina, lo que permitiría producir alimentos y a la vez ahorrar agua en tales áreas.

 

“La idea es que puedan utilizar este textil sin agua potable como en campos de refugiados“, explicó a EFE Dominik Daniel Bini Falconi, desarrollador del proyecto.

 

El tapete, denominado “Rise“, fue ideado para los campos de refugiados en Siria con el objetivo de no desperdiciar agua en el cultivo de alimentos y combatir el hambre con cultivos como trigo y cebada sin poner en riesgo el suministro del vital líquido.

 

En su fase inicial el tapete se planteó de forma hexagonal con 1,5 metros de ancho. Está compuesto por cuatro capas que actúan como filtros; de carbono, mallas, semillas y acrilato de potasio.

 

“Al momento que la orina pasa por los filtros elimina determinadas sustancias; deja la orina con los nutrientes suficientes para las plantas. De hecho, es incluso mejor que el agua“, declaró el estudiante.

 

El potasio de la orina favorece en cuestión de días el crecimiento de las semillas sin necesidad de agua. El proyecto se encuentra todavía en fase experimental pero los estudiantes señalan que el objetivo es que se pueda adaptar a cualquier parte o zona donde la producción de cultivos se vea en riesgo.

 

Bini Falconi, José Luis Galindo Ortiz y Denisse Ojeda Rodríguez, estudiantes de Diseño Industrial del Tecnológico de Monterrey campus Puebla (México), ganaron con esta idea el concurso internacional RSA Student Desing Awards 2017 bajo la categoría “Wearing Intelligence“, que busca “generar nuevos textiles que describan el futuro de la humanidad“, dijo el promotor del proyecto.

 

La RSA es un programa de estudios que busca abordar problemas sociales, ambientales y económicos a través de propuestas de jóvenes de educación superior y recién egresados de todo el mundo para encontrar soluciones prácticas e innovadoras.

 

El pasado 21 de junio viajaron a Londres, donde recibieron el premio, siendo los primeros mexicanos en obtener este galardón. Ahora buscan apoyo de organizaciones privadas o públicas para poder continuar el desarrollo del proyecto hasta su implementación en zonas de conflicto.

 

caem