En la víspera del Mother’s Day, nuestro principal socio comercial (Estados Unidos para quienes lo hayan olvidado), envió una tarjetita -no de felicitación, por supuesto- a la autoridad comercial mexicana y a los industriales azucareros que exportan a Estados Unidos, en donde les informaron que existen elementos, no suficientes ni contundentes, simplemente elementos, para iniciar oficialmente una investigación por “dumping” en los precios y subsidios a la industria nacional.

 

El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, calificó el proceso de investigación de “improcedente y sin sustento”, y al mismo tiempo reiteró a los productores mexicanos su compromiso de apoyarlos y defenderlos. En diferentes intervenciones, Guajardo ha comentado la posible estrategia que seguirá, la cual consiste, primero, en demostrar legalmente que no existe “dumping”, ni subsidios (lo que no está fácil pues a pesar de las pruebas que constan en el expediente, los azucareros norteamericanos convencieron -con marrullerías, dicen algunos- a los integrantes de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, que sí procede la investigación).

 

La segunda parte de la estrategia de Economía es llegar a un acuerdo para que la industria azucarera mexicana limite sus exportaciones a Estados Unidos, que el ciclo pasado superaron los dos millones de toneladas. En la primera audiencia -efectuada el 18 de abril pasado-, se planteó un tope de 1.5 millones de toneladas, el que supuestamente nuestros “primos” aceptarían sin chistar. Esta propuesta se hizo con el fin de evitar que la mencionada Comisión diera “luz verde” para el pleito legal, pero no prosperó por lo que el viernes pasado dijo “adelante en la investigación”. El secretario Guajardo dejó entrever sin embargo, que los “partners” piden que sea un millón el tope, considerando que México importa más o menos esta última cantidad de alta fructosa de Estados Unidos. Bueno, en el ciclo azucarero 11/12 México importó un millón 282 mil toneladas de jarabe de maíz y exportó azúcar a Estados Unidos por la cantidad de 662 mil toneladas, y nadie se quejó, verdad.

 

El problema es que, de entrada, con 1.5 millones de toneladas, la industria azucarera mexicana sufriría un importante descalabro económico porque tendría que vender en el mercado mundial -donde el precio es más bajo que en el mercado norteamericano- excedentes hasta de 1.1 millones de toneladas. Y si Estados Unidos nada más acepta un millón, tendría que exportar hasta 1.6 millones al mercado internacional, con lo que le darían en toditita la torre a la principal agroindustria del país de la que dependen directamente unos 160 mil productores de caña y de la que viven millones de personas. Para quienes no lo saben, México produce más de seis millones de toneladas de azúcar por zafra, pero sólo consume cuatro millones y piquito.

 

Si no se llega a ningún acuerdo, Estados Unidos podría aplicar una cuota compensatoria a las exportaciones de azúcar mexicana, además de una demanda por daño económico por los supuestos subsidios (la fecha fatídica para la cuota es el 15 de junio y para el subsidio en septiembre). Si ambas cosas ocurrieran, la secretaría de Comercio tendría que “jalarle la cola al tigre” y decretar un arancel a las importaciones de alta fructosa, argumentando también “dumping”, subsidios y otras prácticas insanas para el mercado.

 

Ante este panorama, los rijosos sugieren: ¡Para qué discutimos el asunto si podemos resolverlo a trancazos!

 

Por lo pronto, legisladores del Partido Revolucionario Institucional presentaron ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión un punto de acuerdo por el que se exhorta a los titulares de las Secretarías de Economía y de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, para que en coordinación con los industriales azucareros y los productores de caña, establezcan las acciones necesarias para defender el peso como perros, perdón, el azúcar, ante la comentada demanda. El punto de acuerdo fue considerado de urgente resolución y sin discusión fue aprobado.

 

AGENDA PREVIA

 

Luego de ratificar la denuncia presentada el 10 de abril ante la PGR, por presuntos actos de promoción que realiza el titular de Liconsa, Héctor Ramírez Puga, con miras a la contienda electoral de Oaxaca en 2016, diputados de partidos de izquierda insistieron: “Tenemos la convicción de que este personaje ha utilizado la dependencia, que debiera tener una función social noble, como su propia oficina de promoción personal y de activismo político electoral para buscar ser candidato a Gobernador”.

 

¡Pues es que si la leche es poca a mi me toca! Podría decir el acusado.