Las tecnologías aplicadas al aprendizaje, comúnmente llamado elearning, están trayendo un sinfín de aplicaciones y modos de adquirir conocimientos. Uno de los grandes beneficios es que permiten crear comunidades que están más interconectadas y que pueden interactuar con más facilidad que en un entorno presencial, en los que el tiempo es muy limitado.

 

Además, la interacción con el profesor se vuelve de mayor calidad ya que mientras en un entorno presencial se interactúa con lo que tienes en la cabeza, en un entorno online se puede vincular lo que se quiera (colgar un video, subir un texto más reflexivo, entre otros). Lo online no sustituye a lo presencial cuando el alumno no asiste al salón de clases, sino que lo online puede ser mucho más rico y más potente como entorno de aprendizaje que el presencial. Hay que hacerle ver al alumno que va a encontrar en esta modalidad una comunidad online con perfiles que no conocerá de manera presencial, pero cada uno con características individuales que los identifica ante un entorno tan masivo.

 

elearning02

 

Un buen curso online debe tener un equilibrio entre lo sincro y lo asincro ya que al tener alumnos de diferentes zonas horarias es evidente que no van a coincidir en horarios. Hay que sumarle además que la movilidad de los alumnos afecta a su conectividad por lo que no se puede ser intensamente tecnológico en este tipo de cursos, como por ejemplo, colgar videos en alta resolución todos los días porque no van a poder visionarlos.

 

La parte asíncrona es laboriosa pues hay que gestionar la participación. Para algunos profesores online tanto trabajo compensa por el enriquecimiento de ideas después de haber discutido un caso en un entorno virtual en un tiempo limitado pero mayor a la sesión presencial. Además, la participación dice mucho de sus autores. Algunos instructores señalan que se conoce mejor a un alumno online que a uno presencial puesto que la relación entre ambos está basada en un medio que otorga una supremacía en el intercambio de información. Este tipo de cursos requiere un perfil de profesor también determinado, un instructor que aporte lo que no se puede aportar en los cursos presenciales, siendo no un sustituto de la experiencia presencial sino un complemento.

 

Por otro lado, el alumno debe estar muy motivado para entrar con ganas de hacer cosas. No se puede entrar a un foro sólo una vez al día para ver lo que hay, tiene que entrar varias veces e interactuar, porque además la forma de evaluar es distinta. No es por cantidad, sino por calidad, donde el profesor está moderando, provocando y generando discusión. Además, corta las discusiones que no llevan a nada productivo y refuerza aquellas que sí. Las empresas siguen viendo la capacitación online como un sustituto, quizás porque todavía no ven la formación como algo central que influye en el desarrollo de sus empleados.

 

Y esto ocurre tanto en la formación presencial como la online. Y si lo hacen es porque forma parte de la motivación del personal, pero no lo hacen con convicción, como algo estratégico. Quizás, únicamente aquellos que han pasado por la capacitación online son conscientes de las capacidades del aprendizaje online. Seguramente si comparan su formación tradicional con intervenciones más controladas y menos ricas se dan cuenta de las limitaciones que han experimentado. Ahora, con los MOOCS se han democratizado los cursos en línea ya que ha servido para poner a disposición de mucha gente unos contenidos determinados, aunque la calidad del aprendizaje es bastante baja ya que el porcentaje de alumnos que en realidad les saca partido y se gradúa está entre 5 y 8%.Y además, habría que comprobar si realmente esas personas que se gradúan saben del tema o no.

 

Los retos están por ambos lados: desarrollo de aptitudes de los instructores online ya que es muy demandante tener cientos de alumnos motivados en un curso, y encontrar alumnos que se encuentren cómodos en ese entorno. Por otra parte, todavía tiene mala prensa la formación online y hay que conseguir que el mercado entienda que es un producto potencialmente superior al tradicional. Para lograrlo hace falta tiempo y educación del mercado.