La familia Benítez Arroniz está desesperada. Hace ocho días que policías de seguridad pública de Veracruz “levantaron” a cinco jóvenes que fueron de paseo a Boca del Río para celebrar un cumpleaños y no se sabe nada de ellos.

 

A plena luz del día, en una carretera federal, Columba Arroniz perdió a tres familiares: a su hijo Bernardo y a sus sobrinos José y José Alfredo.

 

La angustia aumenta con cada minuto que pasa porque los hechos ocurrieron en Veracruz donde hay 675 desaparecidos, según el informe de Amnistía Internacional que fue revelado la primera semana de este año con cifras oficiales. Además, hay 43 casos relacionados con desaparición forzada y 16 homicidios que involucran a policías, de acuerdo con el recuento de la prensa local.

 

El 8 de enero Mario Arturo Orozco Sánchez cumplió 28 años. Desde diciembre había planeado el viaje de Playa Vicente, el pueblo de donde son los cinco desaparecidos, en los límites con Oaxaca, a Boca del Río, a unas cinco horas por carretera.

 

Con él viajaban su novia Susana, de 16 años de edad, quien estudia tercer semestre en el colegio de bachilleres; Bernando Benítez Arroniz, de 25 años, licenciado en administración de empresas que trabaja en el negocio de su papá; su primo José Benítez de la O, de 24 años, ingeniero mecánico automotriz, también ayuda a su papá, y José Alfredo González Díaz, de 25 años, quien trabaja en un rancho y estudió hasta la secundaria.

 

El sábado llegaron a un departamento rentado, por la noche fueron de antro a La Berrinchuda y el lunes abordaron el Jetta, color gris, modelo 2012, con placas del Distrito Federal, para regresar a casa.

 

–El lunes a las 10 de la mañana avisaron que ya se regresaban. Mamá ya vamos saliendo, me escribió mi hijo por mensaje del celular. Yo le contesté: te doy mi bendición para que lleguen con bien, y fue el último contacto que tuvimos, narró Columba a 24 HORAS.

 

–Llegaron como a las 11 de la mañana a Tierra Blanca a desayunar unos tacos y al salir, en los videos se ve cómo está parada la patrulla en una calle lateral de la carretera y al ver venir el coche los abordan (con el argumento de una revisión de rutina) y se los llevaron.

 

–Esto es un infierno, Tierra Blanca es una comunidad donde todos los días levantan gente y los amenazan para que no denuncien, así está viviendo esta gente, ahora nos estamos enterando de todo esto. Han estado llegando todas las personas que han tenido este percance, todos los días vienen, pero muchísimas, no tiene usted idea de cuántas personas han venido, entran hasta sus casas, se llevan a sus familiares y les amenazan que no pueden reportar… simplemente los desaparecen.

 

En México hay al menos 25 mil 230 personas desaparecidas de 2006 a la fecha, pero las estadísticas oficiales no precisan cuántos de estos casos fueron por desaparición forzada, es decir que el responsable fue algún funcionario, ni cuántos son voluntarios; la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha documentado 30 casos de desaparición forzada y halló evidencia de la participación de agentes del Estado en otros 600 casos.

 

–No dice la gente (quiénes los levantan), algunos los policías y otros los malhechores, pero yo creo que aquí son todos malhechores porque cuando te agarra el malhechor ya sabes que es malhechor, pero cuando te agarra la Policía es peor.

 

La mamá de Bernardo asegura que son unas 20 personas las que se han acercado a su campamento, afuera de la agencia del Ministerio Público en Tierra Blanca, para relatar los delitos que se han registrado desde hace tres años, pero de la mayoría no hay Averiguación Previa. El INEGI indica que la cifra negra de delitos que no se denuncian en México es de 92.8%.

 

Amnistía Internacional destaca en su informe “Un trato de indolencia. La respuesta del Estado frente a la desaparición forzada de personas en México”, que estos casos rara vez se esclarecen o los responsables son llevados ante la justicia.

 

Hace un año había advertido en su informe anual sobre derechos humanos que en nuestro País la impunidad es la norma donde los secuestros y desapariciones forzadas siguen siendo frecuentes.

 

–Anoche llegó una mamá que tiene cuatro meses que le desaparecieron a su hijo y no sabe nada, de 16 años, aquí pura gente bien jovencita… ella viene aquí a preguntar (en el MP) y le dicen que están investigando y están investigando… pobre gente, no tiene ningún apoyo de nada.

 

La gente del pueblo ha estado viniendo a apoyar con comida, café, atole, y sin conocernos, gente que viene aquí a hacer oración y gente que nos viene a contar sus penas porque no pueden denunciar, por miedo, pero no tiene usted idea, algunos dicen que los han encontrado muertos, pero a la mayoría no.

 

La indignación de los familiares de los cinco jóvenes es mayor porque fueron ellos quienes realizaron las primeras investigaciones, preguntaron en cada gasolinera y en cada puesto sobre la carretera si alguien había visto a los muchachos, hasta que un amigo de uno de los jóvenes relató que vio cuando los policías se los llevaron. Cuando los familiares le preguntaron al jefe de seguridad pública de Tierra Blanca negó que hubieran sido ellos y retó que si tenían pruebas se las dieran.

 

El cuñado de Columba viajó al DF para denunciar los hechos en la Procuraduría General de la República.

 

El Informe Mundial del organismo Human Rigths Watch, México 2015, afirma que “es habitual que agentes del Ministerio Público y policías no adopten medidas básicas de investigación para identificar a los responsables de desapariciones y a menudo atribuyen a las víctimas la responsabilidad por lo sucedido e indican a sus familiares que deben realizar ellos mismos las investigaciones”.

 

El automóvil de las víctimas fue localizado estacionado la noche del lunes 11 en la ciudad de Paso el Toro, a una hora del lugar donde fueron levantados.

 

Fiscalía de Veracruz consignó a siete policías estatales, pero ninguno quiso decir qué hicieron con las víctimas.

 

Ni las autoridades locales, ni los elementos de la Comisión Nacional de Seguridad, ni los soldados del Ejército han localizado a los cinco jóvenes.

 

–No nos va a dar miedo, no nos importa que nos pase algo, nosotros somos gente honesta de trabajo, el pecado de nuestros hijos fue transitar en una carretera federal a plena luz del día.  Es un infierno, no se lo deseo a nadie, una incertidumbre, nos acordamos de las desgracias en otros lugares (Iguala) y lo que peor, nos indigna que tienen a los culpables y no les pueden obligar a decir dónde están; si fuéramos nosotros ya nos hubieran puesto Tehuacán con chile, o toques eléctricos. Mi fe en Dios es muy grande, hay que tenerle fe a Él porque a las autoridades no.

 

En México hay al menos 24 colectivos civiles que se coordinan para buscar a sus desaparecidos, en Veracruz hay seis nacionales y dos de centroamericanos.

 

“En certificación de control de confianza tenemos que las entidades con mayor número de policías estatales no aprobados son Veracruz, con el 34 % de sus policías en activo no aprobados; Michoacán, el 28%, y Sinaloa, el 27%. Así que no es extraño lo que acaba de suceder en Veracruz hace unos días”, subrayó en conferencia María Elena Morera, activista social que encabeza el organismo Ciudadanos por una Causa en Común.

 

Como parte de los compromisos del Estado ante organismos internacionales, en agosto de 2015 , la Procuradora General de la República, Arely Gómez González, anunció la entrada en vigor del Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y la Investigación del Delito de Desaparición Forzada de Personas, sin embargo, un mes después el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de la ONU subrayó que México no ha implementado la mayoría de las recomendaciones formuladas por este grupo desde 2011 y lamentó que hay pocos avances para impedir que se siga cometiendo este delito.

 

La Fiscalía de Veracruz consignó a siete policías estatales por la desaparición forzada de los cinco jóvenes. Ni las autoridades locales, ni los elementos de la Comisión Nacional de Seguridad, ni los soldados del Ejército los han localizado.