Un equipo que le dará prioridad a la defensiva antes del ataque, pero con jugadores de calidad probada que pueden ser ofensivos si así lo requiere el cuerpo técnico, con la problemática de la falta de confianza para trascender. Recuperar dicha seguridad será el trabajo de José Manuel de la Torre, tras las recientes incorporaciones a la institución, en la que sobresale la contratación de Isaac Brizuela, proveniente de los Diablos del Toluca y los regresos de Erick Torres (Chivas USA), Marco Fabián (Cruz Azul) y Miguel Ponce (Toluca), todos alguna vez seleccionados mexicanos.

 

Este equipo tiene con qué evitar el descenso. En apariencia, será conservador pese al potencial ofensivo. De no haber cambios, la alineación titular sería con Antonio Rodríguez; Miguel Ponce, Jair Pereira, Carlos Salcido y Néstor Vidrio; Fernando Arce, Israel Castro, Marco Fabián e Isaac Brizuela; además de El Cubo y Carlos Fierro; Ángel Reyna, Omar Bravo y Aldo de Nigris podrían ser relevos, ante el irregular desempeño mostrado en el último año futbolístico.

 

Brizuela, encarador y habilidoso jugador, podría darle a los tapatíos el desequilibrio que necesitan, mismo que no pudo mostrar Reyna. La confianza de El Chepo de la Torre en el ataque recae en dos futbolistas jóvenes como Torres y Fierro, que desplazarían a De Nigris y Bravo. Estos dos, con importante nivel pero que han pasado de noche.

 

La directiva se quedó con las ganas de otro par de futbolistas que pudieron haberle cambiado la cara al Rebaño: Juan José El Gallito Vázquez y Carlos El Gullit Peña, por quienes la directiva de León pedía cerca de 20 millones de dólares.

 

El principal problema que tendrá El Chepo será recuperar el futbol competitivo de un grupo que encarará el Clausura 2015 no sólo con la desconfianza que provocó los malos resultados del Apertura 2014, y que estuvieron a punto de costarle al equipo el finalizar en el sótano de la tabla general, también la difícil situación porcentual.

 

De la Torre no se caracteriza por ser un técnico ofensivo, y difícil cambiará su sistema. Los equipos de El Chepo suelen ser ordenados, le interesa tener una buena defensiva y un mediocampo equilibrado, antes de pensar en el ataque. Así lo mostró con el Tricolor y también en los partidos que encaró con los rojiblancos en el certamen que recién terminó.

 

Aunque puede ser ofensivo, seguramente jugará al contragolpe, aguantando bien al rival y aprovechando las pocas oportunidades que fabrique. Así se espera a Chivas, un cuadro conservador por la difícil situación porcentual en la que se encuentra. La falta de confianza será su peor enemigo.