El grupo extremista Estado Islámico (EI) decapitó a 15 de sus propios combatientes en la oriental provincia afgana de Nangarhar, debido a una lucha interna, revelaron hoy fuentes oficiales.

 

Las ejecuciones ocurrieron en la región de Surkh Ab Bazzar del distrito de Achin, de localidad de Mamondari, en Nagarhar, donde la una pelea interna del ala de grupo extremista en Afanistán, Khorasan, se ha hecho notoria.

 

Attaullah Khogyani, portavoz del gobierno en la provincia de Nangarhar, dijo en declaraciones a la agencia afgana Pajhwok Afghan News (PAN), que los 15 combatientes del Estado Islámico fueron ejecutados después de una pelea, aunque no dio detalles de cuándo ocurrieron.

 

Obaidullah Shinwari, el miembro del Consejo Provincial, confirmó la decapitación, la cual, aseguró, sucedió debido a las diferencias internas dentro del Daesh, acrónimo en árabe del grupo extremista radical.

 

El grupo Khorasan, la rama del Estado Islámico (EI) en Afganistán moderno, no ha confirmado por ahora la ejecución, aunque con frecuencia se ha enfrentado a la insurgencia Talibán en varias zona de Nangarhar, donde ambos han sido blanco de continuos ataques aéreos estadunidenses.

 

La naturaleza exacta de la relación entre los dos grupos se desconoce, aunque ha habido incidentes aislados en Afganistán en los cuales los combatientes de ambos parecen haber cooperado de manera conjunta, resaltó, por su parte la agencia informativa Tolo News.

 

De acuerdo con información de la Inteligencia afgana, el EI está presente en nueve provincias afganas, desde Nangarhar y Kunar en el este del país, hasta Jawzjan, Faryab y Badakhshan en el norte y Ghor en el centro.

 

La provincia de Nangarhar, en la frontera con Pakistán, se ha convertido en un bastión para el Estado Islámico en Afganistán, donde es considerado uno de los grupos militantes más peligrosos del país desde que apareció a principios de 2015.

 

El Estado Islámico surgió en 2003 como una rama de la red Al Qaeda, aunque después se separó y tomó el control de amplias zonas de Siria e Irak, en donde en junio de 2014 estableció un califato que encabeza su líder al Abu Bakr al Baghdadi, aunque en los últimos meses ha ido perdiendo terreno.

 

El grupo yihadista comete crímenes atroces en nombre del Islam, como decapitaciones, lapidaciones, quemando vivas a sus víctimas o lanzándolas desde azoteas de edificios, aunque también ha perpetrado innumerables atentados suicidas.

 

AFH