Por fin se estrenó la cinta Cincuenta Sombras de Grey y las lectoras acudieron a ver la esperada adaptación cinematográfica del best seller que se ha convertido en un fenómeno a nivel mundial. Vale la pena recordar que la trilogía de este libro ha sido traducida a 52 idiomas y ha vendido más de 100 millones de copias, convirtiéndose en una de las sagas más vendidas en la historia.

 

columna 50 sombras

 

Pero a veces sucede que cuando has leído el libro, la versión fílmica se queda corta. A algunos les ha gustado y yo estoy entre las que esperábamos más, porque me había imaginado diferentes a los protagonistas; varias coincidimos que Jamie Dornan es guapo, pero tiene cara de niño bueno y no de un frío seductor.

 

No cabe duda que la publicidad hace milagros y ahí estamos todas las mujeres ansiosas para ver que maldades le hace Christian Grey a Anastasia en su cuarto rojo, donde le gusta ser el amo y ella debe ser la sumisa.

 

Y aunque en México siempre han existido, es la primera vez en la historia del cine en nuestro país que fue lanzada una preventa con 13 semanas de anticipación y se vendieron 435 mil 721 mil entradas, superando el récord de preventas anteriores.

 

En su primer día fue vista por 578 mil personas y recaudó 30.2 millones de pesos, lo cual habla de un éxito rotundo, así que a la autora del libro y a la directora de la cinta seguro no les importa qué opinamos algunas, viendo que han logrado reunir a miles de espectadores quienes con gusto verán la segunda y tercera parte de esta historia, que en lo personal me quedó a deber.

 

El libro no era de lo mejor, pero te mantenía entretenida, aunque en muchas páginas era repetitivo y tedioso, y ni qué decir de la segunda y tercera partes, que eran pan con lo mismo. Pero ahora me encuentro con mujeres que dicen que es una película de lo más romántica y, que yo sepa, el que te peguen, te maltraten y los tengas que esperar desnuda y de rodillas se parece más a la esclavitud sexual que al amor, pero sin duda usted tiene la mejor opinión.

 

Hay más… pero hasta ahí les cuento.