Tigres está a un zarpazo, un triunfo. Igual en tiempo regular, tiempo extra o penaltis, como sea, una victoria le dará al equipo de Ricardo Ferretti el más grande triunfo a nivel de clubes a los equipos mexicanos: La Copa Libertadores de América. Aunque antes, tendrá que dejar mudo el estadio Monumental de un grande sudamericano: River Plate, equipo que busca su tercera copa continental.

 

La oportunidad felina parece inmejorable, el equipo universitario trae un cuadro no sólo fuerte, sino reforzado y según ha mostrado en los entrenamientos previos al cotejo definitivo, su estancia en Buenos Aires la toma de manera relajada. Sus entrenamientos han sido en la cancha del archirrival millonario: la casa amarilla de Boca Juniors, desde donde hombres como Egidio Arévalo ha calentado el duelo, ya con dichos como “El Monumental no pesa como la Bombonera” o con fotografías con uno que otro jugador boquense.

 

Incluso a Ricardo Ferretti se le ha visto sonriente, algo poco común en el bigote que dirige. Accesible con la prensa, aunque eso sí, reacio a adelantar el cuadro que parará esta noche en el duelo final. Eso sí, convencido de que su equipo tiene la capacidad para vencer a River, aunque sin alardear. “Ahora podemos cacarear mucho, pero hay que demostrar en la cancha”, aseguró. Vaya si lo sabrá un técnico de la experiencia de Tuca, a quien los directivos de la Federación Mexicana de Futbol esperan con ansia para hablar de la posibilidad de ponerlo en la silla de la Selección Nacional.

 

Oportunidad histórica para Tigres, inmejorable para el tercer trofeo continental de River; un zarpazo lo puede decidir todo.

 

¿La tercera es la vencida?

 

Tigres es el tercer equipo mexicano que disputa una Final de Copa Libertadores. El primer conjunto fue Cruz Azul, que perdió en tandas de penal ante Boca Juniors, en la edición 2001. La Máquina no aprovechó su condición de local y sucumbió 1-0, pero en la vuelta ganó por el mismo marcador gracias a un tanto de Francisco Palencia. Todo se definió desde los once pasos, donde los argentinos fueron superiores.

 

Mientras que en el 2010, Chivas cayó en los dos duelos ante el Internacional de Porto Alegre. Primero 2-1 en la cancha del estadio Omnilife, mientras que en el definitivo el conjunto brasileño se impuso 3-2. Tigres tendrá la posibilidad de acabar con el maleficio que persigue a los equipos mexicanos.

 

Tigres: una máquina que machaca

 

¿Defensivo? Estos Tigres de Ferretti son todo menos defensivos. El timonel supo aglutinar la combinación perfecta de experiencia y juventud.

 

Y es que a los universitarios no les duele nada. Empezando por la garantía que tienen en la puerta en las manos de Guzmán, una zaga confiable liderada por Juniho, una media dinámica impulsada por un perro de presa como Arévalo y un ataque explosivo con sus torres: Sobis y Gignac, alimentados por la habilidad de Álvarez y Damm; no hay duda, River se ganó la rifa del tigre.

 

River Plate: la garra como estandarte

 

El cuadro millonario ya demostró que por más galones que tenga Tigres los de Gallardo pueden domarlos. El problema estará en las ausencias de River. Mercado (suspendido) será una baja que dolerá en la lateral platense, aunque lo peor lo tendrá arriba con las lesiones de Mora (desgarrado) y Viudez (con distensión), Gallardo deberá reinventarse para dar contundencia a sus huestes, a las que por si les hiciera falta más merma estará que el propio Muñeco no podrá dirigir desde la banca. ¿Qué queda?, aferrarse a eso que sacó a los “gallinas” adelante en el Volcán: puras amígdalas.