48, 52, 70, 100 selecciones al Mundial, las que sean, todas caben, que al fin sólo han despedazado, sólo han matado, sólo han triturado uno de los mejores inventos del Siglo Veinte y, francamente, lo mismo ya da.

 

Así de rápido, la FIFA pasó de endilgarnos su bazofia de 48 selecciones, a incrementarla a 52. Así, como si nada, de una ronda inicial de 16 grupos de 3 selecciones, que ya sonaba a esperpéntico Premundial, a otra anterior, de seis representativos, ninguno europeo, que entonces será el previo del previo.

 

 

Nueva fase a disputarse ya en la sede mundialista, con tan cuestionable nivel que en 2014 habría incluido al décimo clasificado de África (Etiopía), al noveno de Asia (Líbano o Irak), al sexto y séptimo de Sudamérica (Perú y Venezuela), al séptimo de Concacaf (Guatemala) y al segundo de Oceanía (Nueva Caledonia); equipos, todos, que hubiesen logrado su pase incluso tras acumular más derrotas que victorias en la clasificación (ejemplos: Perú, rumbo a Brasil 2014, 15 puntos en 16 partidos; Líbano o Irak, cada cual con un ganado en ocho encuentros).

 

¿De qué servirá la eliminatoria? De poco menos que nada, con menores ingresos, con menores asistencias, con menor intensidad, con menor carga de obligación, dos años de mero relleno y sopor, de engañarse pensando que se juega muy bien y se es muy poderoso.

 

¿Por qué tanta plazas para Asia? Porque la FIFA necesita adentro del barco mundialista tanto a China e India, lo que llevaría al doble la audiencia del evento, como a los pequeños países del Golfo Pérsico, con la bondad de sus patrocinadores…, aunque hay un pequeño problema en ese sentido: que con este nuevo esquema sólo Qatar se habría metido al Mundial pasado y hoy nada más China estaría en números de hacerlo a Rusia 2018. ¿Solución? Olvídense de los 52 y de una vez súbanlo a 60 selecciones, con quince grupos de 4 (o veinte de tres, o treinta de dos), sirve que así también se facilita la calificación de Indonesia, Pakistán, Congo, Filipinas, Bangladesh, que para entonces serán algunas de las naciones más pobladas del planeta.
De los creadores de la peor Eurocopa de la historia, ahora llegará un Mundial aún más ultrajado. La historia no sólo juzgará con dureza a Gianni Infantino, sino a todos quienes apoyaron su absurda idea y aprobaron este festival de la sinrazón.

 

Apenas en enero, se confirmó lo de los 48. Todavía no entramos a abril, y ya estamos en 52. No es descartable que de aquí a 2020, cuando se determine la sede, se haya decidido que nos olvidamos de las eliminatorias y van todos; la inauguración enfrentará al anfitrión con Islas Seychelles, seguido, con silbatazo inicial a las 4 de la madrugada para agarrar prime time asiático, por el gran clásico del cricket, India-Pakistán; el plato fuerte de ese día, Namibia-Gibraltar.

 

Érase una vez el Mundial. Fue maravilloso mientras duró.

 

Twitter/albertolati

 

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