El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, extendió un reconocimiento a las Fuerzas Armadas por asumir durante más de 10 años tareas de seguridad, y reconoció que uno de los grandes pendientes es atender sus demandas y dar certeza a su actuar.

 

En su mensaje con motivo de la presentación del Informe de Actividades 2016 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la Residencia Oficial de Los Pinos, el jefe del ejecutivo hizo un reconocimiento público a las fuerzas armadas, a tan solo unos minutos de que el titular de la CNDH, Raúl González Pérez se pronunciara por su regreso a los cuarteles.

 

“La existencia de un marco normativo que regule las tareas que con carácter extraordinario llevan las fuerzas armadas desde hace más de 10 años, respecto de la seguridad de las personas, no implica por sí misma la solución a la inseguridad, violencia y falta de acceso a la justicia que nuestro país enfrenta. La participación de las fuerzas armadas en tareas vinculadas a la seguridad de las personas no es lo más deseable como tampoco lo es la emisión de la ley que se ha planteado”, aseguró el ombudsman nacional.

 

No obstante, tras estas declaraciones, el presidente Peña Nieto reconoció públicamente a las fuerzas armadas por asumir la protección de la sociedad frente al a violencia del crimen organizado e insistió en la necesidad de continuar y concluir con un marco normativo que regule sus tareas de seguridad.

 

“Uno de los grandes pendientes es atender las demandas de las fuerzas armadas y avanzar hacia una ley que dé certeza a su actuar en materia de seguridad, es un tema relevante porque permitirá dar certeza a los ciudadanos y a nuestras instituciones armadas mejorando nuestro orden legal de protección a los derechos humanos”, declaró el presidente de la República.

 

Previamente, Luis Raúl González Pérez, fue enfático en señalar que la seguridad vinculada a las personas debe estar a cargo de instituciones de carácter civil. “Las fuerzas armadas deben volver cuando las condiciones del país así lo permiten a las funciones que les son propias pero bajo un programa gradual y verificable. El carácter extraordinario de su participación en tareas de seguridad sobre todo en su interacción con la población civil no debe asumirse como algo permanente ni promoverse que así sea”, indicó.

 

El titular de la CNDH además aprovechó para advertir ante la presencia del máximo mandatario que la emisión de una ley de seguridad interior requiere una discusión amplia, plural, informada e incluyente en la que se aborde integralmente la situación que enfrenta nuestro país, las consecuencias, tanto positivas como negativas que ha ocasionada la actuación de las fuerzas armadas y se escuche a la sociedad a expertos, académicos, a quienes han sido víctimas de la violencia o de algún abuso de poder, así como a los propios miembros de las fuerzas armadas a fin de determinar la mejor hoja de ruta para que el país supere esta problemática.