El brote del virus ébola que está asolando el oeste de Africa está “totalmente descontrolado”, advirtió ayer un directivo de Médicos Sin Fronteras, y añadió que el grupo se encuentra al límite de su capacidad para responder.

 

Bart Janssens, director de operaciones de MSF en Bruselas, dijo a The Associated Press que las organizaciones internacionales y los gobiernos deben movilizar más especialistas e incrementar los mensajes a la población sobre las medidas a tomar contra el contagio.

 

Janssens dijo que el brote dista de ceder y probablemente resultará el más mortífero que se haya registrado.

 

De acuerdo con las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud, el Ebola ha causado más de 330 muertes en Guinea, Sierra Leona y Liberia.

 

“Está claro que la epidemia está ahora en una segunda ola”, agregó Janssens. “Y en mi opinión está totalmente descontrolada”.

 

El brote, que comenzó en Guinea a fines del año pasado o comienzos del actual, pareció amainar para volver a intensificarse en las últimas semanas, incluso propagándose a la capital liberiana por primera vez.

 

“Estoy absolutamente convencido de que la epidemia está lejos de concluir y que seguirá matando a una cantidad considerable de gente, y por lo tanto será la mayor jamás”, afirmó.

 

Los distintos escenarios del brote y su desplazamiento tras las fronteras lo convierten en uno “de los brotes de Ebola más peligrosos”, dijo esta semana Fadela Chaib, una portavoz de la OMS.

 

El brote no muestra signos de aflojar y los gobiernos y organizaciones internacionales están “lejos de estar ganando esta batalla”, afirmó Unni Krishnan, director de emergencias de Plan International.

 

Pero la caracterización que hizo Janssens del brote de Ebola fue todavía más alarmante y advirtió que los gobiernos afectados no han reconocido la gravedad de la situación. Criticó a la OMS por no alertar suficientemente a los dirigentes y dijo que debería aportar más expertos para rastrear a todos los que han estado en contacto con los enfermos.

 

“Debería haber una conciencia política de que esta es una emergencia muy grande”, afirmó. “De otro modo seguirá propagándose y con toda seguridad a otros países”.

 

La OMS no respondió inmediatamente un pedido de declaraciones.

 

Por su parte Tolbert Nyenswah, viceministro de salud de Liberia, dijo que el gobierno trabaja para contener el brote como lo demuestra el hecho de que ha habido un largo período en que no se manifestaron casos nuevos antes de esta segunda ola.