PEKÍN.  Ghirmay, un eritreo de 19 años, se convirtió oficialmente en el más joven ganador del maratón en unos Mundiales, aun cuando en algunos medios se dice que tiene seis más de los que indica su ficha en los registros de la IAAF.

 

 

Perteneciente a la “cuadra” del poderoso mánager holandés Jos Hermens, el eritreo se hizo un nombre en el maratón mundial cuando el año pasado, cumpliendo estrictamente tareas de liebre en el maratón de Chicago, llevó a los favoritos hasta el km 35 en 2h04 y luego se animó a terminar la carrera, su primer maratón, en 2h09:08. Este año había sido segundo en Hamburgo con 2h07:47.

 

En Pekín, con 26 grados y un 78 por ciento de humedad, le bastó con un tiempo de 2h12:27 para erigirse en la primera gran sorpresa de la jornada inaugural, regalando a Eritrea la primera medalla de oro en unos Mundiales.

 

El etíope Yermane Tsegay, que llegó a ponerse a su altura a 4 km del final, hubo de conformarse con la medalla de plata (2h13:07), seguido del ugandés Solomon Mutai (2h13:29) en una carrera que supuso un rotundo fracaso para Kenia, que aspiraba incluso a un triplete con el plusmarquista mundial, Dennis Kimetto, Wilson Kipsang (su predecesor) y Mark Korir.

 

Dos italianos, Ruggero Pertile (cuarto) y Daniele Meucci -actual campeón de Europa- (octavo) se metieron entre los diez mejores.

 

Las restricciones de tráfico y la clausura provisional de fábricas contaminantes consiguieron disipar la polución. El cielo lucía terso y la atmósfera limpia cuando, camino del estadio de El Nido, los atletas pasaron por lugares tan conocidos como el Templo del Cielo o la plaza de Tiananmen.

 

La primera ronda de 800 metros no se cobró ninguna víctima ilustre. El bosnio Amel Tuka, líder mundial del año; el keniano David Rudisha, campeón olímpico y plusmarquista mundial, y el etíope Mohammed Aman, defensor del título, pasaron sin problemas y este domingo regresaran a la pista en busca de la final.

 

La etíope Genzebe Dibaba, nueva plusmarquista mundial de mil 500 metros, se paseó en la primera ronda y encabezó la tabla de tiempos con 4:02.59, su registro vencedor en la tercera serie.

 

Su principal adversaria, la holandesa Sifan Hassan, campeona de Europa aunque también etíope de nacimiento, gastó menos energías para ganar la primera serie siete segundos más lenta, con 4:09.52.

 

En tres mil metros obstáculos Kenia metió a sus cuatro representantes en la final. Ezekiel Kemboi, dos veces campeón olímpico y tres del mundo, fue el mejor de los 42 contendientes. Ganó la serie 3 con 8:24.75, encabezando el sumario por delante del marroquí Brahim Taleb y de otro keniano, Brimin Kipruto, campeón olímpico en este mismo estadio hace siete años.

 

La competición se desarrolló sin contratiempos, aunque las heptatletas se quejaron de que los jueces dejaban transcurrir demasiado tiempo, hasta seis minutos, entre los intentos.

 

Los aficionados aguardan ya con expectación la presencia del gran ídolo, el jamaicano Usain Bolt, que en los Juegos del 2008 asombró al mundo con su triple hazaña en este mismo estadio: tres oros en velocidad (100, 200 y 4×100) y en los tres casos con nuevo récord mundial.

 

Bolt comparecerá en la primera ronda de 100 metros, alineado en la última de las siete series, en la que tendrá como principal adversario al estadounidense Michael Rodgers, que este año ha corrido sólo en una centésima más que el jamaicano. El norteamericano Justin Gatlin, líder mundial los dos últimos años, correrá la serie anterior.

 

 

obo