Esperamos que la presión de la sociedad por reducir los recursos destinados a los partidos políticos y ante la respuesta de los mismos que anuncian con cierta facilidad su disposición a hacerlo (aunque cada quien a su manera por ahora), nos surge una pregunta: ¿en realidad son recursos excedentes que tienen para hacer un uso muchas veces innecesario? Y en ese caso, ¿desde cuándo operan así? y ¿quiénes se enriquecen?

 

Pero también surgen otras dudas importantes. ¿Si el recurso no necesariamente es un excedente, cómo se estarán financiando ahora?, ¿de dónde provendrán los recursos para mantener sus gastos operativos corrientes y los de la campaña 2018? No consideramos que sea exclusivamente de la iniciativa privada al 100% o ¿bajo qué base éstos darán los recursos?, ¿estarán vendiendo servicios futuros o también provendrán de recursos ilícitos? Recordemos hace poco el conocimiento de la desviación de recursos utilizando como intermediario de salida a las universidades. Ése es un tema delicado y muy peligroso que la sociedad ya está cansada con más de lo mismo.

 

Esperemos tener la información totalmente transparente para todas estas dudas y que el proceso político no empañe el esfuerzo que sociedad y gobierno están realizando para salir de esta crisis e iniciar rápido la reconstrucción que deberá abarcar a Chiapas, Oaxaca, Puebla, Morelos, Estado de México y Ciudad de México, además de otros estados como Veracruz, Tabasco y Guerrero con apoyos parciales.

 

El Gobierno federal y el Congreso tendrán que hacer una reasignación de los recursos del último trimestre del año y del presupuesto 2018 debiendo cuidar la estabilidad macroeconómica.

 

Con el dato del IGAE a julio conocido el lunes pasado, que cayó 0.7% o que en cifras desestacionalizadas registró un avance de 1.3%, estamos viendo una desaceleración por uno de los motores que han dado impulso a nuestra economía que es el consumo interno. Este dato de 1.3% es inferior al promedio de todo el primer semestre del año en 2.2%.

 

El otro motor que se relaciona con el dinamismo de la actividad en Estados Unidos principalmente, observamos que la incertidumbre con el desarrollo y conclusión de la revisión del TLCAN, las inversiones están contenidas por parte de la iniciativa privada, aunque el intercambio comercial prevalece estable.

 

La tensión geopolítica se incrementa

Corea del Norte vuelve a ser tema al acusar a Estados Unidos de “declararle la guerra” con posibles respuestas. Ante los ejercicios militares realizados por Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, Corea del Norte ha movilizado acciones y refuerza sus costas preparando, en su caso, riesgos bélicos.

 

Los mercados se encuentran nerviosos, pero contenidos.

En el tiempo, hemos visto que estos eventos son estrictamente temporales, aunque volátiles. Hoy, el indicador de volatilidad VIX se mantiene aún en zona baja.

 

Creemos que parte de dicha espera y consolidación está también en función de esperar si el Gobierno y el Congreso de Estados Unidos tienen la capacidad de alcanzar acuerdos para derogar el Obamacare (siete años intentando sin lograrlo) y alguna reforma fiscal. El gobierno busca reducir la tasa corporativa a 20% y la máxima a personas físicas de 35%, pero no da a conocer aún cómo va a sustituir tal reducción de ingresos y sólo menciona, por el momento, al propio crecimiento económico y algunos recortes a programas sociales.

 

caem