El antecedente.

 

Casi todas las universidades estatales están en quiebra técnica.

 

La realidad:

No hay recursos para salvarlas.

 

La alternativa:

Todas ellas deberán aplicar severos programas de ajuste para salir de su crisis.

 

El diagnóstico es de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y, a juzgar por el dicho del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue, hay plena conciencia de ellos.

 

El doctor Graue pidió crear un fondo de rescate, dada la falta de recursos, a veces por excesos injustificados en el gasto, otras por carencia de subsidios, a menudo también por prestaciones laborales sin sentido y por falta de previsión en la carga laboral.

 

Una, varias cosas o la combinación de todas.

 

 

LOS SISMOS RETRASARON EL RESCATE

El tema es de alta preocupación en la secretaría de Aurelio Nuño.

 

Desde hace tiempo se empezó a reunir información, se buscó a los rectores, se analizaron sus peticiones, se cruzaron cifras y hasta se les sometió a una arqueo riguroso para tener un diagnóstico exacto.

 

A partir de esa información precisa se preparaba una reingeniería general cuando… llegaron los sismos de septiembre.

 

La emergencia obligó a modificar la estrategia.

 

No podía ser de otra manera, pues con datos primarios se detectaron daños por más de 26 mil millones de pesos en la infraestructura escolar de todos los niveles, amén de daños colaterales.

 

En ello trabaja un ejército de la SEP bajo el mando del secretario Nuño y los subsecretarios de Educación Básica, Javier Treviño; de Planeación, Evaluación y Coordinación, Otto Granados; de Educación Superior, Salvador Jara, y de Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán.

 

En conjunto, hay la decisión de afrontar la situación de las 26 universidades estatales autónomas –las de mayor problema; las federales tienen un trato distinto- para fondearlas en la emergencia.

 

Emergencia a la cual se dedicarán cinco mil millones de pesos.

 

¿Procedentes de dónde, si la SEP ha agotado sus finanzas en la reparación de la infraestructura física?

 

Pronto se sabrá.

 

El diálogo avanza con prácticamente todos los rectores y, con actitud conciliatoria, la secretaría no exhibirá las fallas de esas universidades a condición de encontrar soluciones de fondo.

 

-No habrá borrón y cuenta nueva. Ya no se les dará dinero si no se comprometen a cerrar el círculo perverso de gastar y pedir. Tampoco si el dinero va a nóminas y éstas crecen sin control.

 

 

REDUCIR EL GASTO EN MIL MILLONES

1.Otro dato universitario: los trabajadores deberán cargar, en algunos casos, con parte del sacrificio.

 

Y si se les van a dar cinco mil millones, podría distribuirse así: mil en ahorros de las propias universidades, mil 500 millones de Gobiernos estatales y dos mil 500 más aportados por la Federación.

 

De mucho sirvió el llamado de auxilio de Enrique Graue.

 

 

2.La ley es una y la política, otra.