Después de haber operado la rapidísima aceptación de la derrota del PAN en la elección presidencial, el jefe del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, se suma ahora a las voces que acusan “inequidad” en el proceso electoral y demanda a las autoridades electorales “castigar” a los autores de la compra de votos. Pero no sólo eso, en la entrevista que ofreció al noticiero radiofónico Enfoque, el Presidente mencionó que la posibilidad de que la transición pueda o no ser tersa, dependerá de la forma en que sea resuelto todo este asunto.

 

¿A qué se debe tal reacción de Calderón? En el equipo de Enrique Peña Nieto lo atribuyen a dos factores. El primero: (Calderón) tiene que responder de alguna forma a los panistas (y parte de la sociedad) que están realmente furiosos por la sonora derrota que sufrieron. Segundo: para “encarecer” la transición, negociar algunas ventajas políticas para su partido con vistas al próximo sexenio y presionar para tratar de sacar algunas de las reformas que le interesan.

 

Más allá de las razones personales del Presidente, lo cierto es que sus declaraciones son muy semejantes a las que esgrime Andrés Manuel López Obrador. Van al meollo de lo que debe ser la democracia: “La esencia de la democracia no es sólo contar los votos, sino que las campañas se desarrollen en condiciones iguales, y no sólo es un asunto de equidad, pero esta compraventa de voluntades políticas, siendo 10 o siendo mil, es simplemente inaceptable. Y yo hago votos porque la autoridad electoral la rectifique de inmediato y la castigue, si la debe castigar”.

 

La diferencia entre uno y otro personaje es el alcance del castigo. Para el tabasqueño es la nulidad de la elección, para Calderón quizás no tanto: “El tema de las tarjetas (de Soriana) y las cuentas (de Monex) y todo es un tema que no digo que vaya a ser suficiente, no lo sé, para descalificar una elección con esas diferencias (de votos), pero sí que debe ser resuelto. Oye, no podemos quedarnos así nada más de qué tanto es tantito en eso, ¿no?”, diría.

 

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“GORGOJOS DEL OPORTUNISMO”.- Intensa y bien florida apunta a ser la catarsis panista por la debacle de su partido en esta elección. Por lo pronto, su ex líder nacional Germán Martínez ya comenzó en ese tono. Ayer advirtió que “por las buenas o por las malas, deben salir de Acción Nacional los ‘gorgojos oportunistas’”.

 

Así, “gorgojos del oportunismo”, hubiera llamado Carlos Castillo Peraza a todos aquellos militantes y funcionarios gubernamentales panistas que se ausentaron, hicieron huelga de brazos caídos y torpedearon la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, dice Martínez Cázares en su artículo en Reforma.

 

En esa categoría sitúa a Vicente Fox, además de calificarlo como “el campeón de la deserción”, “el judas guanajuatense”; también incluye en ese cajón a los beneficiarios del maridaje de Acción Nacional con el PRD, léase Oaxaca, Puebla y Sinaloa, y de paso suma a los delegados de las dependencias federales en el país que no apostaron su liderazgo social para apoyar a Josefina. Nomás.

 

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REGALAN DIPUTACIÓN AL VERDE.- Pues allá en Jalisco el PAN impugnará el acuerdo de integración de la próxima legislatura local que aprobó el Instituto Electoral de Participación Ciudadana (IEPC) por haberle otorgado, de manera ilegal, una diputación al PVEM a pesar de que éste iba en coalición con el PRI.

 

El madruguete (ocurrió durante la madrugada, por cierto) no es cosa menor ya que con este cambio de última hora por parte del IEPC no sólo le otorga al PRI una mayoría artificial sino que le da al partido Verde la oportunidad de acceder al Congreso de Jalisco (cosa que no alcanzó en los votos) y de obtener así recursos públicos. ¡Chulada de órganos electorales!

 

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GEMAS: Obsequio de la secretaria general del PAN, Cecilia Romero, con tarjetita de apoyo temporal a Gustavo Madero: “Es irresponsable saltar del barco sin consolar a las viudas y sin enterrar a los muertos”.

 

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