VERACRUZ. Familiares, amigos y colegas sepultaron esta tarde al periodista Pedro Tamayo en su natal Tierra Blanca, Veracruz, en medio de acusaciones a policías estatales por presunta omisión durante el ataque por el que fue ejecutado con al menos 11 tiros afuera de su casa.

 

En su humilde vivienda, marcada con el número 307 de la calle 5 de Mayo, los restos del comunicador asesinado el miércoles 20 de julio fueron despedidos por decenas de personas que lo acompañaron hasta el panteón municipal Jardines del Recuerdo.

 

La esposa del reportero, Alicia Blanco, y sus dos hijos, Mario Iván y José Adrián, exigieron castigo a los responsables y denunciaron de nuevo la actuación de los oficiales de la Policía Estatal presente en los hechos, al afirmar que estos retrasaron el arribo de ayuda médica y nada hicieron para capturar a los agresores.

 

Los tres se mantuvieron firmes al despedirlo, pero la madre del periodista, Socorro Rosas López, se quebró y lloró profundamente ante el féretro.

 

Este fue el sepelio del reportero número 19 asesinado durante el Gobierno en Veracruz de Javier Duarte (2010-2016), conocido como el mandato más mortal para el ejercicio del periodismo en este violento estado.

 

“Padre estarás conmigo siempre, no te fuiste, aquí te siento”, le dedicó su hijo José Adrián al decirle adiós.

 

La viuda dio un relato pormenorizado de lo ocurrido la noche del miércoles, cuando cuatro sujetos a bordo de un vehículo ingresaron al negocio de venta de hamburguesas que tienen habilitado en la entrada de su vivienda.

 

En declaraciones ministeriales y a medios de comunicación, explicó que uno de los atacantes llamó por su nombre a Pedro y que éste le devolvió el saludo también por su nombre, y a los pocos segundos vino el ataque.

 

Relató que instantes después de la agresión, agentes de la Policía Estatal llegaron al lugar, pero trataban de impedir que se acercara a su esposo, quien se encontraba tendido en el piso aún con vida.

 

Uno de los oficiales -acusó- cargó su arma de fuego y le advirtió que si se acercaba la mataría; a pesar de ello se peleó con el policía y logró llegar y abrazar al reportero.

 

Detalló que su hijo José Adrián intentó seguir a los sicarios por varias calles y avenidas a bordo de una camioneta, pero cuando estaba a punto de alcanzarlos, una segunda patrulla de la Policía Estatal le salió al paso y bloqueó el camino, mientras los sicarios huían.

 

A través de videos filmados el día de los hechos, la mujer denunció que los oficiales daban direcciones erróneas a los servicios de emergencia, lo que retrasó casi 25 minutos la llegada de paramédicos.

 

El Fiscal General del Estado, Luis Ángel Bravo Contreras, informó que 11 policías estatales, entre ellos el subdelegado, declararon ministerialmente, así como 2 paramédicos y 4 testigos.

 

Indicó que el ejercicio periodístico del reportero Pedro Tamayo es la principal línea de investigación, aunque no la única.

 

“Es muy importante destacar que la línea acentuada es la que tiene que ver con el ejercicio periodístico, Tamayo era reportero de nota policiaca que escribía en medios que escriben con mucha valentía”, dijo.

 

El funcionario estatal destacó que se verifican todas las líneas de investigación, como su relación con un empresario que buscaba poner un periódico en la zona y que fue identificado como líder de plaza de una organización criminal.

 

“A este momento tenemos en 24 horas de estar trabajando, con 24 ejercicios ministeriales desahogados”, agregó.

 

Bravo Contreras dijo que entre los oficiales se encuentra el subdelegado en Tierra Blanca para que esclarezca las denuncias de la esposa de Tamayo.

 

“Nuestra premisa es buscar el castigo más ejemplar a los responsables, estamos iniciando la investigación y ten la seguridad que estamos trabajando a marchas forzadas”, subrayó.

 

En total, desde 2009 hasta 2015 murieron 55 comunicadores en México, convirtiendo el país en uno de los más peligrosos para el ejercicio del periodismo, según un informe de la ONG Artículo 19. | JMS