Durante estos días hemos escuchado acerca del aumento en las tasas de homicidio respecto al año anterior en la Ciudad de México. Si comparamos las cifras que se dieron durante los dos primeros meses de 2016, se tuvieron 952 homicidios dolosos. En 2017, hemos presentado en la misma temporalidad 170 casos. En este sentido, vemos una disminución de 80%, la cual es significativa.

 

 

No obstante lo anterior, lo que debe ser realmente preocupante en la discusión para nuestra sociedad es la descomposición que se ha generado, pues si revisamos y contrastamos los homicidios de enero y febrero de 2016, podemos encontrar que la riña fue el principal factor con 41.2% de los casos, asimismo por venganza personal se dieron 333 muertes, ello representa 35% de los homicidios y por temas pasionales se dieron 27 asesinatos, que es 2.8%. Si juntamos estas tres causas tenemos que 79% de los homicidios se deben por factores interpersonales de nuestra sociedad.

 

 

Si analizamos la misma información para este año, se registró que en los dos primeros meses se han tenido 75 muertes por venganza personal, eso representa 44.1% de los hechos; 56 asesinatos por riña, ello equivale a 32.9% de los homicidios y dos muertes por cuestiones pasionales, que es 1.2%. Las causales de estos homicidios constituyen 78.2%.

 

 

En este sentido, debemos analizar que las causas del aumento en los homicidios radican en un cambio de valores en la sociedad, es por ello que debemos enfocar el diseño de políticas públicas para analizar los factores sociológicos que están detrás de esta gran problemática. Debemos vincularnos sociedad, empresas, organizaciones y gobiernos para contrarrestar este fenómeno de violencia que está permeando en el tejido social.

 

 

Asimismo, debemos enfatizar las políticas preventivas y de conciencia social como es el programa Por tu Familia, desarme voluntario, el cual se lleva a cabo en la Ciudad de México y que requiere del apoyo de la ciudadanía para desarmar a las familias. En el ámbito legislativo se requiere endurecer las penas por la portación ilegal de armas de fuego. Las estadísticas nos indican que de los homicidios que se presentaron en 2016, 58% de ellos fue por arma de fuego; 22%, por arma blanca; 10%, por golpes y 2%, por ahorcamiento.

 

 

Se ha demostrado que en algunos casos el endurecimiento de las penas y la plena certeza de que éstas serán efectivamente aplicadas y sancionadas, han funcionado para contener delitos, si bien éste no debe ser el único esfuerzo, la educación, los valores y la responsabilidad social deben ir de la mano para garantizar una plena convivencia social. Ejemplo de ello ha sido el nuevo Reglamento de Tránsito, que entró en vigor el 15 de diciembre de 2015; a partir de su implementación se han reducido en 23.3% los hechos de tránsito respecto al mismo periodo de 2012. En el caso de homicidios culposos ha habido una disminución de 12%. Aunado a esto, desde el inicio de las fotomultas, se ha presentado una disminución de 28.1% de la incidencia general de percances de tránsito; se debe destacar que los homicidios culposos se redujeron en 33.3%.

 

 

Estos datos son relevantes para demostrar que legislar e implementar acciones coordinadas son factores de éxito para reducir el problema público, enfatizando con ello que la policía trabaja en defensa de la sociedad.