En el seguimiento a los últimos pasos de Duarte Jáquez en El Paso, Texas, 24 HORAS entrevistó en junio a dos personas que compartieron espacio con él brevemente. Se trata de Adriana (nombre ficticio de una de sus vecinas) y Fernando, nombre también ficticio que recibe uno de los trabajadores de un restaurante “fine dining”, que el ex mandatario estatal solía visitar, donde era prodigo en las comidas y esplendido con los meseros; ahí también se le vio decaído poco antes de ser declarado prófugo.

 

Desde la zona residencial Sky Island, en la calle Crimson Cloud No. 343, donde solía vivir César Duarte en un inmueble registrado a nombre de su esposa, Bertha Gómez Fong, Adriana habló con reservas del día en que notas periodísticas le revelaron la identidad de César Duarte.

 

“Me di cuenta que era ex gobernador de Chihuahua por los mismos periodistas que vinieron a preguntar por él, pero para ese entonces ya se había ido. Nadie vive ya en esa casa, solo hay dos perros que alimenta un joven que viene quizá una vez a la semana”, declaró. “¿Cuándo fue la última vez que estuvo aquí?”, se le cuestionó. “Creo que fue en la última semana de marzo”, dijo.

 

Por su parte, Fernando, quien trabaja en uno de los restaurantes “fine dining” del lugar, relata que la última vez que lo vio fue en febrero, un mes antes de que la Interpol publicara la primera ficha de búsqueda del ex gobernador priista.

 

Sobre el ex mandatario, recuerda que “era muy esplendido en las propinas, sus propinas eran de 100 dólares mínimo”.

 

“Cuando yo lo atendí, un mes antes de que se le declaró prófugo de la justicia, se veía mal, perdió peso. Lo vi súper flaco, batallaba para caminar, lo vi con la mirada caída. La última vez lo vi muy jodido, venía con su familia. Esa vez no pidieron vino, como solían hacerlo”, dijo.

 

caem