El Gobierno del Distrito Federal (GDF) avanza a paso acelerado en la creación de una política de recuperación del salario mínimo y para ello envió, la semana pasada, dos iniciativas a la Asamblea Legislativa: una para crear la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México y otra para desindizar el salario mínimo de multas, tarifas, cotizaciones y otros conceptos a los que está ligado.

 

Para el subsecretario de Desarrollo Económico y Sustentabilidad del Distrito Federal, Ricardo Becerra Laguna, el gobierno de la Ciudad de México está poniendo el ejemplo de cómo desindexar el salario mínimo para que éste quede libre de otros conceptos y se pueda decretar un aumento significativo sin aumentar la inflación.

 

“El ejemplo que va a poner el Gobierno del Distrito Federal es muy grande y creo que va a generar y a propiciar una onda expansiva para mejorar el salario mínimo en todos lados”, asegura Becerra Laguna.

 

Actualmente tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados el tema está ganando terreno en la agenda legislativa, tan es así que la Cámara alta realizó un foro sobre salarios, productividad y empleo con el objetivo de concretar los primeros acuerdos que permitan avanzar en la legislación.

 

En entrevista para 24 HORAS, el subsecretario de Desarrollo Económico manifiesta: “Yo creo que la Ciudad de México va a tener lista su desindexación con estas dos iniciativas a más tardar el 30 de noviembre. Es decir, la Ciudad de México va a poner el ejemplo de que sí se puede y el gobierno federal elegirá qué camino va a tomar”.

 

-¿Cuál es el beneficio de la desindexación del salario mínimo?

 

El salario mínimo es un precio que se decreta por una Comisión que es de índole constitucional. Este decreto ocurre normalmente en noviembre y diciembre de cada año. El problema que tenemos es que esta Comisión desde hace muchos años ha pretextado que no puede incrementar el salario mínimo a niveles suficientes para la manutención del trabajador y su familia, porque el salario mínimo está indexado.

 

Es evidente que al haber indexado, o abusado del salario mínimo como unidad de medida de otros precios, condenaron al salario mínimo a estar deprimido y estancado. Entonces, la urgencia de desvincular es para que el salario mínimo pueda volverse a discutir en sus propios términos. Es liberar al salario mínimo de otras cargas que no tiene porqué asumir.

 

-Sin desindexación nacional, el DF no podrá aumentar el salario…

 

El aumento del salario es de carácter nacional. La Ciudad no tiene facultades para determinar el salario mínimo. Lo que sí puede hacer es predicar con el ejemplo, que es lo que está haciendo Mancera. En primer lugar está diciendo: en la Ciudad ya no vamos a abusar del salario mínimo y ya no vamos a usarlo como referencia de todas las tarifas y los precios que hay en la economía capitalina.

 

Por eso lo que se presentó es una iniciativa donde dice: en este artículo donde se indica tantos salarios mínimos, se quita ese término, y se pone Unidad de Cuenta de la Ciudad de México. La otra ley crea esa unidad de cuenta en el Distrito Federal para el conjunto de sus transacciones, que va a valer inicialmente 67.29 pesos y que esa será determinada año con año en el decreto de presupuesto de la Ciudad de México, mientras, los senadores y los diputados generan la Unidad de Cuenta del Estado Mexicano.

 

-Pero si no hay una desvinculación nacional, ¿tendrá efectos la desindexación en la Ciudad?

 

En el Gobierno de la Ciudad de México, que es el gran empleador, a partir de 2015 no va haber nadie que gane menos de 82.86 pesos, que es lo que vale la canasta alimentaria que dice el Coneval. Hay alrededor de 14 mil trabajadores del gobierno del Distrito Federal en distintos departamentos, sobre todo en las delegaciones, que todavía ganan el salario mínimo. A todas esas personas se les subirá el salario. Eso sí lo podemos hacer.

 

-¿Y para los que no trabajan en el Gobierno del DF?

 

El Gobierno, que también es el gran comprador, no va a contratar a ninguna empresa que no les pague a sus trabajadores 82.86 cuando menos. Esa es una prerrogativa que tenemos en la administración pública. Sin embargo, el ejemplo que va a poner el Gobierno del Distrito Federal es muy grande y creo que va a generar y a propiciar una onda expansiva para mejorar el salario mínimo en todos lados.

 

-¿Cómo asumen el éxito de esta administración en cuanto al salario?

 

Con una gran responsabilidad. Primero pues que pase, yo no canto todavía victoria y la filosofía de la Secretaría de Desarrollo Económico es: no vamos a dejar de hacer nada que podamos para que el aumento del salario mínimo ocurra en 2015 y más en este momento tan triste y doloroso de la sociedad mexicana, en el que un mensaje de cohesión social no nos viene nada mal.

 

Todas las condiciones en efecto están dadas para que México dé este pequeño salto y que nos pongamos en una ruta de recuperación salarial en el mediano o largo plazo.

 

-Hay un sector que critica la medida y la llama populista…

 

 

En abril de este año nosotros le presentamos al jefe de Gobierno el reporte económico de la Ciudad de México de 2013, y le dijimos: “le tenemos una buena y una mala”. Resultó que en 2013 la Ciudad de México generó un montón de empleos formales, más de 120 mil a pesar de la baja actividad económica. Y la mala fue que los nuevos empleos estaban en escalas salariales dos o tres pisos abajo. Mancera nos preguntó: “bueno, qué hacemos con esto”. Estudiamos y vimos que una de las medidas más importantes para evitar esta situación es colocar niveles de salario mínimo más aceptables.

 

Lo dramático es que el mercado formal produce pobres. El establecimiento formal que paga un salario mínimo produce pobreza. Ese es el drama que vive México, y como el salario mínimo ya no está sirviendo para amortiguar esas caídas de las crisis, por eso era tan necesario introducir el tema. Esto lo propusimos en abril y fue en mayo que el Jefe de Gobierno propuso la discusión nacional. Entonces no es una discusión que se inventó para salir al paso de críticas coyunturales, fue fruto de un diagnóstico de la economía del Distrito Federal y por desgracia ocurre lo mismo en la economía del país.

 

-¿Qué les dicen los empresarios del alza salarial?

 

Ellos conocen el documento (que presentó Mancera el 28 de agosto). Nosotros esperábamos una respuesta formal, no la ha habido. Creo que el documento no tiene respuesta, es irrebatible en cierto sentido, pero a mí me parece que los empresarios van a acabar aceptando los argumentos que nosotros hemos puestos sobre la mesa porque son muy serios, robustos y son, a mi parecer, irrebatibles.

 

¿Cuál es su diagnóstico de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos?

 

 

Yo creo que la Conasami es ya una criatura de otra época y que tiene que ajustarse a los tiempos. El presidente de la Conasami tiene 23 años en ese cargo y fue nombrado por Carlos Salinas de Gortari.

 

El papel de la Conasami en esta historia no es bueno. Es quizás uno de los demonios de la indexación del salario mínimo. Fue justo en el sexenio de Carlos Salinas cuanto empezó a abusarse del salario mínimo como unidad de cuenta. Es necesario que la Conasami sea más representativa, mucho más transparente, que tenga más capacidades técnicas y que sea capaz de rendir cuentas no solamente al presidente sino al Congreso de la Unión.

 

¿En qué punto estamos para la recuperación salarial?

 

Yo creo que la Ciudad de México va a tener lista su desindexación con estas dos iniciativas a más tardar el 30 de noviembre. Es decir, la Ciudad de México va a poner el ejemplo de que sí se puede y el gobierno federal elegirá qué camina va a tomar.