CIUDAD DEL VATICANO.  Justo cuando Europa hace cuentas con el terror por los atentados de matriz islámica, en América se prepara un instituto de diálogo interreligioso que cuenta con la bendición del Papa y busca lanzar un mensaje de convivencia posible.

 

El organismo, cuyo lanzamiento está previsto para los primeros días de septiembre en el Vaticano, estará conformado en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) y está impulsado por Omar Abboud, líder islámico argentino y amigo de vieja data de Francisco.

 

“Entendimos hace mucho que el diálogo interreligioso es una buena parte de la solución a los conflictos del mundo”, explicó Abboud en entrevista con Notimex.

 

Todos lo recuerdan como uno de los amigos al cual el Papa abrazó frente al muro de los lamentos, en mayo de 2014. El otro fue el rabino argentino Abraham Skorka. Aquel fue un gesto premonitorio.

 

“Consideramos que es Francisco la única autoridad espiritual del mundo moderno, es quien expresa la objeción de conciencia al poder temporal, el único que ocupa ese espacio hoy es Bergoglio y no otro. Claro, con su debida independencia”, refirió.

 

De esa consideración derivó la idea del Instituto para el Diálogo Interreligioso de las Américas, que se inspira en un organismo similar nacido en Buenos Aires cuando el arzobispo era Jorge Mario Bergoglio y que Abboud dirigía con el rabino Daniel Goldman y el sacerdote católico Guillermo Marcó.

 

“En Argentina la convivencia ha superado la idea de tolerancia y ha generado ámbitos particulares de colaboración”, destacó Abboud. Un “laboratorio de convivencia”, dijo el Papa muchas veces.

 

El nuevo instituto quiere aprovechar esa experiencia, además de la juventud del continente americano, para lanzar mensajes que sirvan como señales de esperanza.

 

El congreso vaticano durará dos días y, al final, se emitirá una declaración, mientras que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ya dio su apoyo pleno.

 

Pero el instituto aspira a obtener la mayor autonomía posible, sumando a delegados de los diversos países para conformar una estructura de asamblea independiente. Busca establecer, con rapidez un cronograma de actividades concretas, enfocadas especialmente en la educación.

 

“Se puede educar para el diálogo, así como también se puede educar para el fundamentalismo. Debemos ver cómo podemos revertir la tendencia y América es un gran lugar para hacer eso, ahí existe una espiritualidad presente”, estableció Abboud.

 

“Hablar de diálogo es muy sencillo y es una propuesta política interesantísima, pero dialogar es otra cosa completamente distinta”, precisó.