En los últimos cinco años, el número de niños presentados ante el Instituto Nacional de Migración (INM) aumentó casi cinco veces, al pasar de cuatro mil 160 en 2011 a 22 mil 864 tan solo en los primeros ocho meses de 2015, reveló el estudio “Niños Migrando” que realizó el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc).

 

La razón principal de este aumento, explica el reporte, es la escalada de violencia y pobreza en el llamado Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador.

 

Las desigualdades sociales, los factores económicos que van de la precariedad en fuentes de trabajo hasta la desaceleración y crisis económicas, confrontaciones políticas, violencia social, más un debilitado y disminuido Estado de derecho son elementos internos que han potenciado el proceso migratorio”, dice el documento.

 

Para realizar el estudio, el Instituto tomó las estadísticas oficiales del Instituto Nacional de Migración. Ahí señala que el incremento de las presentaciones se nota más en los menores de 11 años, pues en 2011 fueron sólo 840 los detenidos y para el año pasado el número alcanzó los ocho mil 379; es decir, se multiplicaron por 10.

 

Otro de los puntos que destaca Imdosoc es el flujo de migrantes menores de edad sin la compañía de un adulto. El estudio indica que este tipo de migración creció más de 100% en el lapso de 2013 (cuando fueron cinco mil 427) a 2015, cuando fueron 12 mil 086.

 

48.68% de los niños migrantes retenidos en 2015 eran guatemaltecos

 

35% de los migrantes detenidos en 2015 fueron niños no acompañados

 

36.6% de los niños migrantes eran menores de 11 años

 

65.4% de los niños migrantes detenidos son varones

 

El Instituto recuerda que a finales de 2013 y principios de 2014 desde el gobierno de Estados Unidos se admitió que existía una crisis humanitaria por la migración de niños, niñas y adolescentes sin compañía.

 

En ese contexto, y bajo el argumento de seguridad nacional, en México se lanzó el Plan Frontera Sur para protegerlos del crimen organizado y garantizar sus derechos humanos.

 

“Pero en la práctica, el programa Frontera Sur se ve opacado por la corrupción e impunidad que se presentan en varios niveles, que han vulnerado y agravado la violación a los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes migrantes en su tránsito por México”, asegura el documento.