Antes del desalojo, en un proceso de investigación periodística, 24 HORAS visitó el lugar hace unos días, donde constató el ambiente en el lugar. Un martes, día de tianguis en la zona, gente entraba y salía de la casa identificada con una lona de la Asamblea de Barrios.

 

Varias motos permanecían estacionadas afuera; jóvenes de gorra y pantalones de mezclilla salían con grandes cajas, al parecer de ropa para la vendimia, ya que la mayoría de los vecinos del edificio se dedican al comercio.

 

Los encargados de un puesto de comida apenas y cruzan palabra con los jóvenes de las motonetas: “Porque son de la Asamblea, preferimos no meternos”, dijeron.

 

Los vecinos del predio siempre estuvieron atentos a lo que pasaba afuera; de hecho varías cámaras de vigilancia están colocadas estratégicamente en el edificio.

 

Recargados en la puerta, dos de ellos salieron a recibir a dos hombres de traje que afirmaron ser de la delegación (no especificaron de cual), mas por el trato y la conversación parecían ser amigos de toda la vida.

 

Una camioneta negra, desvalijada y con el escudo nacional, ocupaba un cajón de lo que debería ser un espacio regulado por parquímetros; pero el parquímetro de la calle tampoco funcionaba, fue vandalizado al grado de no tener posibilidad de echarle monedas o leer la pantalla.