De lo perdido lo que apareció: un punto que supo a demasiado, considerando que se logró con un gol en tiempo de compensación y que se dio frente al rival más complicado del grupo, nada menos que el campeón de Europa; un punto que a algunos pudo saber a poco, considerando que durante ciertos lapsos del partido, el Tri dio sensaciones de tener controlado a Portugal.

 
Un punto justo porque, a diferencia de lo que estableció el seleccionador Juan Carlos Osorio en la conferencia de prensa posterior al partido, más que eso no se mereció.

 
El debate es complicado: si fue que México no se atrevió o si fue más bien que no pudo hacer más…, y me inclino por la segunda; imposibilidad fundamentada también en cambios carentes de sentido, que no dejaron nada bueno: prescindir de Carlos Vela, con lo que supone y con lo que en ese cotejo estaba suponiendo, es otro misterio sin resolver.

 
Dicho lo anterior, evitar pintarlo todo de negro y juicios catastrofistas: ya es avance que al fin alineen los tres mejores mediocampistas del país (Jonathan Dos Santos, Héctor Miguel Herrera, Andrés Guardado), ya lo es que el central más cualificado aparezca en su sitio (Héctor Moreno), ya lo es que se haya visto un once muy cercano a lo que el común del aficionado espera; ya lo es, además, que el planteamiento de Osorio haya funcionado de manera tan rotunda, al grado de despojar a Portugal del balón por varios lapsos, de cortar su mecanismo de juego.

 

 
Sucede que por mucho que se tenga la pelota, de poco sirve si no se utiliza (o, más grave, si no se sabe utilizar) para hacer daño rival. Y sucede, sobre todo, que cuanto haya calculado bien el estratega tricolor, se le desplomó por dos circunstancias que nadie se explica: por un lado y como ya dijimos, sacar a Vela; por otro, aferrarse a poner a un central en la lateral izquierda (el argumento es que se inclina por laterales altos, lo que le lleva a preferir adecuar a alguien ajeno a la posición y conceder ciertas ventajas), situación que le retrató en el primer gol lusitano, con el fallo de Carlos Salcedo.

 

 
¿Vaso medio lleno o vaso medio vacío? Para mí, de medio lleno hacia arriba: por el empate agónico, por la calificación a semifinales que luce encaminada, por el desempeño refutando el futbol de Portugal.

 
Falta lo más sencillo en esta fase de grupos…, precisamente lo que más se nos suele complicar: Nueva Zelanda y Rusia, sinodales que, en principio, son inferiores. Aunque después de empatar con Portugal, no avanzar a la siguiente ronda sería más que inexplicable, imperdonable. Aunque jugando así, eso no tendría cómo pasar.

 
Twitter/albertolati

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