Reglas para todos y excepciones para algunos. Esa práctica de legislar, de juzgar y de aplicar las leyes y las reglas en el país, es uno de los mayores problemas que enfrentamos los ciudadanos en México.

 

Un comportamiento discrecional que debe ser combatido si se quiere restablecer la confianza ciudadana que se ha perdido en las instituciones públicas.

 

Los casos abundan en el país y podríamos enumerarlos hasta el cansancio, pero por la falta de espacio solo le enumero un par de ellos que en las últimas semanas se han hecho notorios.

 

Uno de estos casos tiene que ver con el reciente fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación avalando a los gobiernos locales –estados y municipios- el no pago de la retención del impuesto sobre la renta a la autoridad tributaria, SAT, y que aplican al salario de sus empleados.

 

La regla general dice que la retención y pago posterior de estos impuestos al SAT es una obligación fiscal que deben cumplir todos los contribuyentes –personas morales o físicas- que pagan salarios y/o honorarios profesionales o asimilados a empleados, obreros o terceros por prestar un servicio profesional. No hacerlo –según las leyes fiscales- causa diversas penalizaciones a los contribuyentes.

 

sat

 

Sin embargo ahora con la resolución de la Corte, hay una excepción a esta regla: Los gobiernos estatales y municipales pueden quedarse con las retenciones de impuestos de sus empleados, sin penalización alguna. El resto de los contribuyentes no lo pueden hacer y si lo hacen serán sancionados como lo marca la ley.

 

El segundo caso que ilustra estas excepciones a la regla según el capricho de algunos gobernantes y legisladores, tiene que ver con las modificaciones al Programa Hoy no Circula en la zona metropolitana de la Ciudad de México y que aplicaron los gobiernos del Distrito Federal y del Estado de México, a partir del 1 de julio.

 

El nuevo Programa endureció las reglas de circulación vehicular para los automovilistas bajo la consideración de mejorar el medio ambiente. En el nuevo Programa el criterio que se impone es la antigüedad de los vehículos por lo que aquellos que tienen 9 años de uso o más deberán dejar de circular un día a la semana, sin importar sus resultados en la prueba de verificación vehicular y, según sea el caso, también deberán dejar de circular dos o cuatro sábados al mes.

 

Pero la inmediata fuerza del reclamo político de algunos sectores influyentes, abrió algunas excepciones a la endurecida regla de las autoridades metropolitanas. Así que ahora habrá un nuevo “engomado especial” para los vehículos con “actividad comercial” que –a diferencia del resto de propietarios de vehículos- podrán circular de las 20:00 hrs a las 8:00 hrs, un privilegio solo para algunos. No ha quedado lo suficientemente claro si el nuevo Programa endurecido para mejorar el medio ambiente, también aplica, y con qué parámetros, a los microbuses, autobuses de pasajeros, vehículos oficiales de los funcionarios públicos, patrullas, camiones recolectores de basura, entre otros. O si éstos también tienen sus excepciones a la regla.

 

En fin, que las excepciones a las leyes y a las reglas que se dictan a los ciudadanos en los distintos ámbitos de la vida social, son la expresión de una cultura del privilegio muy arraigada en el país –la ley del más fuerte- y que no es otra cosa más que una vertiente de la corrupción en donde anida por igual la opacidad y la impunidad.

 

Ahora que desde la perspectiva económica la abundancia de excepciones a las reglas siembran desconfianza en las instituciones públicas elevando los costos de transacción y de inversión para los capitales.

 

Allí reside uno de los mayores problemas de competitividad de nuestra economía que, me temo, no serán solventados a cabalidad por las reformas que ahora discuten los legisladores. Allí, en las excepciones a las pulcras reglas, habrá que poner atención.