Se estima que 75% de los cultivos que se producen al año en todo el mundo dependen de la polinización de insectos, razón por la que en los últimos años se ha disparado la alarma ante la desaparición de abejas en algunas partes del planeta.

 

La situación ha llegado al grado de que la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), creada en Panamá en 2012, decidió realizar su primer estudio sobre la polinización y la producción de alimentos en el mundo.

 

“La seguridad alimentaria es muy importante para la comunidad internacional. Nunca haremos bastante en asegurar alimentos para todo el mundo”, subraya Zakri Abdul Hamid, presidente fundador de IPBES.

 

Hamid, que confirmó que la evaluación comenzará en la primera mitad de este 2014, estima que las primeras conclusiones sobre la magnitud del problema las obtendrán en diciembre de 2015.

 

“Es una situación muy grave porque no sólo va a reducir la producción de alimentos, sino que también se incrementarán sus precios”, estima.

 

Para 2018 el organismo internacional completará un estudio de la situación global de la biodiversidad en el mundo, aunque antes se hará una segunda evaluación sobre la degradación del suelo y el proceso de desertización, lo que también incide en la producción de alimentos.

 

“Es imperativo realizar una evaluación de la degradación del suelo y la desertización. La ONU ha señalado que la degradación del suelo durante los próximos 25 años reducirá la producción mundial de alimentos en un 10%”, advierte Hamid. Ante esta preocupación se suman las estimaciones sobre el aumento de la población mundial (2,6 millones de personas en los próximos 40 años), lo que dispara las alarmas sobre la escasez de alimentos que el mundo podría experimentar en 2050.