CIUDAD DEL VATICANO. El Vaticano respondió a la última ronda de investigaciones de la ONU sobre sacerdotes pederastas indicando que aunque es responsable de hacer cumplir un tratado del organismo mundial contra la tortura, esa responsabilidad se limita sólo a la pequeña ciudad-estado del Vaticano.

 

La Santa Sede emitió una declaración en ese sentido antes de la audiencia del 5 y el 6 de mayo, que seguramente analizará la impotencia vaticana para evitar que el clero agrediera sexualmente a víctimas en todo el mundo. Otra comisión de la ONU interrogó a la Santa Sede en enero sobre esos abusos.

 

En un indicio de que intentará limitar su responsabilidad, el Vaticano dijo que firmó en 2002 el tratado contra la tortura “exclusivamente en nombre y en representación de” las 44 hectáreas (110 acres) de la Ciudad-Estado del Vaticano, donde viven menos de mil personas.

 

La Santa Sede agregó que ha cumplido “sus obligaciones en nombre de ese estado”.

 

En torno a la próxima comparecencia de la Santa Sede ante el comité de Naciones Unidas que vigila el cumplimiento de la convención contra la tortura, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, manifestó que se trata de un “procedimiento ordinario” al cual están obligados todos los Estados adheridos a la Convención de la ONU, suscrita en 2002.

 

El sacerdote jesuita salió así al paso de las acusaciones de la Red de Supervivientes de los Abusos Sexuales de los Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) el cual anticipó que había enviado al comité información sobre los casos de pederastia, asimilándolos de facto a la tortura.

 

En una nota la Red, representada por el Centro por los Derechos Constitucionales de Estados Unidos, estableció que su informe “documenta la gravedad del mal sufrido durante mucho tiempo por los sobrevivientes de las violencias sexuales del clero católico”.

 

Agregó que “será la segunda vez en cuatro meses que altos funcionarios católicos comparezcan ante la ONU para responder sobre la cuestión del respeto de los derechos humanos por parte del Vaticano, en relación con el perdurar de la crisis mundial de las violencias sexuales y de los ocultamientos en la Iglesia católica”.

 

En su respuesta Lombardi agregó además que “la Santa Sede continúa poniendo en práctica las obligaciones asumidas por cuenta del Estado de la Ciudad del Vaticano y presentando informes periódicos, según los procedimientos de la Convención”.

 

En enero pasado desató polémica un informe publicado por el comité de Naciones Unidas para los derechos de los niños que acusó al Vaticano de encubrir y perpetuar los casos de abusos sexuales contra menores de parte de clérigos católicos.