Derek Carr acaba de recibir un contrato por 125 millones de dólares, lo cual lo convierte en el jugador mejor pagado en la historia de la NFL. La noticia es escandalosa por el monto y porque es un jugador que no ha ganado nada de valor. Pero vale la pena un análisis más a fondo para poner todos los argumentos sobre la mesa.

 

Ser el líder de una ofensiva para él viene de familia, pues Derek es hermano de David, un quarterback que pasó con más pena que gloria, aunque siempre va a presumir del Vince Lombardi que obtuvo el 5 de febrero de 2012 cuando los Giants se impusieron a los Patriots en el Lucas Oil Stadium (Indianápolis).

 

Si partimos del hecho de que Derek está acostumbrado a ver el liderazgo como pasador de su hermano nueve años mayor, ahí ya hay un argumento para que el millonario de Raiders llegue a la NFL como un hombre que sabe manejar a una ofensiva de muchos egos.

 

La llegada del número 4 de Oakland se dio de la Universidad Estatal de Fresno y los Raiders lo reclutaron en la segunda ronda del Draft de 2014 con la esperanza de que fuera el sucesor de un malísimo Terrelle Pryor, quien dejó al equipo con marca de 4-12 la campaña anterior. El resultado fue que Carr se adueñó de la titularidad desde el primer partido de temporada regular y los Malosos acabaron con 3-13 y aguantaron en la posición al jugador del momento.

 

Al año siguiente (2015), Carr fue el arma ofensiva que dejó a sus Raiders con marca de 7-9. Quizás suena a un ligero progreso, pero lo es más al revisar la marca contra rivales de División (3-3); es decir, ganó la mitad. Ante equipos de la Conferencia Americana, vencieron en siete ocasiones y cayeron en cinco, por lo que era ya un buen augurio de lo que podía venir.

 

Y el año pasado ya se hablada de Carr como uno de los más fuertes candidatos al MVP, tomando en cuenta que dicho premio se entrega al VALOR que tiene un jugador para su franquicia y para la NFL. Derek transformó el ataque de Raiders, en tres años, en ganador, y eso es de mucho VALOR, pero aquí entró la mala fortuna y sufrió una fractura de tibia el 24 de diciembre pasado.

 

Fue la peor Nochebuena para Carr, pero también para los Raiders, quienes ya tenían el boleto a Playoffs y en la última semana de la temporada perdieron al suplente, también por lesión, Matt McGloin y tuvieron que enfrentar a los Texans en postemporada con Connor Cook en los controles… el tercer quarterback.

 

Por fin se recuperó de la lesión y después de varios días de negociaciones, Derek Carr recibió un contrato por cinco años y 125 millones de billetes verdes. Al conocer los argumentos, es comprensible que los Raiders querían retener a como diera lugar a su jugador estrella a la ofensiva (a la defensiva es Khlail Mack), pero suena un poco exagerado darle 25 millones a una sola persona de un tope salarial de 168 millones.

 

Al final, el tiempo podría darle la razón, o no, a Mark Davis (propietario de Raiders) en el hecho de si acertó en abrir tanto la cartera para un elemento que ya demostró su VALOR para la franquicia, pero todavía es una incógnita si puede llevar al equipo a un Super Bowl… y ganarlo.

 

aarl