Esta semana tuvimos la fortuna de echarle el guante al Audi TTRS, la variante con más testosterona de la gama y aunque su color grisáceo pálido no me gusto para nada, es algo con lo que podría vivir y acostumbrarme, ya que todo lo demás de este espécimen raya en la perfección.

 

Desde el primer instante en que nos sentamos detrás de su volante, respiramos ese aroma a cuero de los asientos de cubo, presionamos el botón rojo de arranque situado en el mismo volante y emana el primer rugido de su motor, sabemos que será un buen día.

 

El TTRS es un vehículo de contundente desempeño, pero también puede ser muy dócil para su uso urbano, gracias sistema Audi Drive Select, el cual nos permite regular la entrega de potencia del motor, relación de la caja, y rigidez de la suspensión, de acuerdo con las condiciones de camino y estilo de manejo que deseemos.

 

 

Atleta nato

Estéticamente el TTRS cuenta con muchos elementos que lo delatan como un atleta de alto desempeño, la fascia delantera con parrilla tipo panal y amplias tomas de aire en la parte baja con spoiler integrado, difusor de aire trasero, alerón espejos en fibra de carbón y los rines de aleación de 19 pulgadas son exclusivos de este espécimen.

 

 

Cifras contundentes

Más allá de la descripción que podría darles sobre la experiencia que he vivido a bordo del TTRS durante una semana (tiempo suficiente para quedar enamorado de él), basta ver los números de su ficha técnica.

 

Aceleración de 0-100 km/h: 3.7 segundos

 

Velocidad máxima: 250 km/h gobernada electrónicamente.

 

 

Ingeniería alemana

Y que hace posible que este pequeño coupé de 4.19 metros de largo provea tal nivel de dinamismo, pues bajo el cofre del TTRS subyace un motor cinco cilindros en línea de 2.5 litros que eroga 400 caballos de fuerza, y para controlar tal cantidad de potencia se le doto de la afamada tracción integral quattro de Audi para no comprometer la estabilidad y agarre del auto. La transmisión es automática STronic de 7 relaciones, la cual es más rápida de reacciones que muchos pilotos con caja manual, además de ser muy cómoda en ciudad.

 

El TTRS es de esos autos que cuesta despedirse de ellos después de la prueba. Que pese a ser un auto de más de un millón de pesos, entiendes debajo de esa seductora carrocería hay un impresionante trabajo de ingeniería que bien vale cada peso.

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

caem