La mezclilla o denim

Si buscamos a sus primeros usuarios, tendríamos que situarnos en el sur de Francia del siglo XVll, donde surgen las primeras prendas, pantalones, chaquetas y chalecos fabricados con este material y que eran usadas por los campesinos.

 

Por su resistencia y durabilidad, la mezclilla también se utilizaba para hacer las velas de los barcos y las lonas de casas de campaña.

 

Foto: Especial

 

En 1853, Levi Strauss comenzó a confeccionar ropa para trabajo rudo, principalmente para los mineros que tenían que trabajar en condiciones precarias, por lo que su ropa debía ser resistente.

 

El color original era marrón, pero posteriormente comerciantes de Génova la tiñeron de azul índigo y así fue transformándose en los tonos que hoy conocemos.

 

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Y si bien en sus inicios era una prenda relacionada con obreros y mineros, qué sólo era utilizada por hombres, en la Segunda Guerra Mundial eso cambió, ya que las mujeres tuvieron que ingresar al mercado laboral y así se convirtió en unisex. Posteriormente las mujeres la adoptan, de ahí el ícono cultural Rosie the Riveter, que representa a las mujeres que trabajaron como obreras en Estados Unidos.

 

Poco a poco se fue transformando su uso, pues con la influencia del pop la adoptaron las audiencias jóvenes de la época. La nueva generación del rock, como Elvis Presley, le dio un nuevo giro a la identidad del uso de la mezclilla, que ahora era adoptada con la percepción de romper lo ya establecido. Ahora era una identidad rebelde.

 

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En los años 60 los hippies la adoptaron como su símbolo de la clase trabajadora, retomando el pasado. A partir de los 70 y hasta nuestros días se ha convertido en una prenda básica que encontramos en el guardarropa de todos los estratos económicos.

 

Es la prenda básica por excelencia, que ha acompañado nuestra historia en el último siglo, que se asocia a juventud, rebelión, trabajo, comodidad y moda.

 

Foto: Especial

 

Pero, ¿qué debo tomar en cuenta para su cuidado, sobre todo los jeans? Aquí te damos algunos tips:

Por ser una prenda resistente, podemos usarla más de una vez antes de lavar.

Voltéalos antes de meterlos a lavar; cierra cremallera y botones.

Colgarlos de inmediato después de lavar.

Utiliza jabón especial para prendas de color, de preferencia sólo mezclilla y nunca con agua tibia a caliente.

Utiliza siempre la talla correcta, que te quede cómoda según tu estilo.

 

Los jeans no son una prenda para un trabajo tradicional en negocios, por muy exclusivo que sea su diseño, así que toma esto en cuenta. En algunas empresas tradicionales es permitida los viernes, aunque no sea una prensa casual business.

 

caem