Todavía ayer, los frentistas especulaban:

Ricardo Monreal será por lo menos coordinador de la campaña de Andrés (Manuel López).

 

A partir de ahí, su futuro estaba delineado con ofertas del propio tabasqueño, siempre a partir del triunfo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en 2018:

La Secretaría de Gobernación (Segob) en caso de victoria.

 

O una senaduría con la coordinación de la, supone El Peje, mayor bancada de las próximas dos legislaturas.

 

Mentira: para aquella posición tiene predestinado a Marcelo Ebrard y ésta la ha reservado para su mil usos Martí Batres.

 

Quizá conocedor de estos propósitos, Monreal recapacitó y por ello sorprendió ayer con su decisión pública de no aceptar ninguna oferta de cargos subordinados al de Macuspana y de retirarse temporalmente de la política.

 

-Me queda una sola alternativa: reabrir mi despacho jurídico, reabrir mi cátedra en la universidad y leer. Escribir y dormir mucho y no por cansancio –declaró ayer el zacatecano.

 

No sabe si regresará a la actividad pública porque, explicó, “en política nunca se deben de decir verdades totales. Por eso digo que depende de las circunstancias”.

 

¿Por qué llegó a esta decisión?

 

 

LÓPEZ VE A CLAUDIA MÁS LEAL Y HONESTA

La respuesta es única:

-Falta de confianza.

 

Para Andrés Manuel López, es más fiable Claudia Sheinbaum en cualquier terreno: por currículum, por eficacia, por lealtad y por honestidad.

 

Por ello la prefirió sobre Monreal para jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

 

Sus desconfianzas se incrementaron en 2016, cuando Monreal se acercó con varios miembros del gabinete –en ellos destaca José Antonio Meade, a quien le pidió más presupuesto para la delegación Cuauhtémoc-, con miembros de otros partidos y con Miguel Mancera.

 

Y el enojo de López llegó al extremo en febrero –qué casualidad, justo cuando exhortaba al zacatecano a contender por la Jefatura de Gobierno- por sus encuentros con conocidos priistas y panistas.

 

Así lo descalificó.

 

Consumado el golpe trapero, Monreal consideró concluido su ciclo en Morena, pero mantuvo conductos abiertos para llegar y hablar de nuevo con El Peje.

 

Al darse el encuentro, el caudillo revivió viejas propuestas: Gobernación o senaduría con la coordinación de bancada.

 

Ofertas manidas con la sola garantía de la palabra antes traicionada.

 

 

Y EN EL FRENTE HUBO INSIDIAS FUNESTAS

Es entendible el enojo de Ricardo Monreal.

 

La última opción, el Frente Ciudadano por México, se canceló cuando no encontró eco en sus interlocutores.

 

Hubo aceptación de prácticamente todas las tribus perredistas, sus antiguos compañeros, y de muchos panistas partidarios de la alianza.

 

En perspectiva veían fortalecer sus posibilidades de victoria en la Ciudad de México, en Zacatecas y otros lugares donde Monreal ha sido operador –en el Estado de México el avance de Morena hubiera sido imposible sin su impulso- para arrebatarle estados y regiones enteras a Andrés Manuel López.

 

Los principales intermediarios fueron Dante Delgado y Miguel Mancera.

 

Según la versión conocida, Ebrard sembró dudas en Delgado sobre la lealtad de Monreal e influyó en otros operadores.

 

Por ello le dieron largas… hasta cansarlo.

 

¿Ahora entiende su decisión de retirarse un tiempo de la política?