Una semana en Brasil bastó para que el Papa Francisco, en su primera visita internacional, confirmara al mundo que lo suyo, más que un discurso de moda o una pose ocasional, es un mensaje y un proyecto que busca una auténtica revolución en la iglesia de Roma. Llegar a una favela y decirles a los pobres que luchen “porque las cosas pueden cambiar”, tomar posición pública contra las drogas en territorios dominados por el narcotráfico, rechazar la desigualdad social como sino irremediable para gran parte de la humanidad y llamar a los jóvenes a ser “revolucionarios” es, con mucho, una posición que rompe con parte del histórico conservadurismo católico y plantea un cambio de fondo en esta iglesia.

 

Una iglesia mucho más cercana a las causas sociales, preocupada y ocupada por los más necesitados, es el mensaje que deja en su primera gira fuera del Vaticano este Papa que, si ya desde su asunción había roto con los rígidos protocolos y privilegios de la vieja curia romana, y había tomado decisiones y acciones que sacudieron a la estructura eclesiástica, ahora reafirma que hay un nuevo mensaje de la cabeza de la iglesia para todos sus fieles en el mundo: las cosas pueden y deben cambiar en lo económico y en lo social, y los católicos ya no deben aceptar la pobreza como condición irremediable sino que pueden ser agentes de cambio.

 

Si a Juan Pablo II se le ubica como el Papa que, al apoyar la lucha por los derechos y las libertades en Polonia contribuyó a la caída de los regímenes totalitarios de Europa del Este, a Francisco se le ve encaminarse hacia un liderazgo que cuestione y rechace las profundas desigualdades sociales y la pobreza que han traído la expansión de los modelos de capitalismo salvaje por todo el mundo. No fue casual que el Pontífice romano hubiera elegido Brasil como el primer país para visitar en esta Jornada Mundial de la Juventud, aunque lo que sí pudo ser coincidencia fue que justo en el momento de su visita, esa nación sudamericana viviera una intensa agitación y movilización social, que cuestiona justo la falta de equidad y de acceso al bienestar para todos los brasileños.

 

La habilidad política de este Papa quedó demostrada por la manera en que conectó su discurso y su mensaje con el estado de inconformidad y de protesta que sacude a Brasil desde hace varias semanas. A las primeras movilizaciones significativas que desató su llegada, ya no siguieron otras importantes y la asistencia record de tres millones de personas ayer a la misa que celebró en las playas de Río de Janeiro sirve como un termómetro de qué tanto Francisco encontró eco con sus mensajes en la convulsionada sociedad brasileña.

 

Al final, la línea que va marcando este Papa tampoco es nueva ni ajena del todo a la iglesia latinoamericana en la que se formó como jesuita. La esencia de la Teología de la Liberación, que tuvo en Brasil a algunos de sus mayores exponentes, era precisamente la lucha contra la desigualdad social y la pobreza como el principal problema de esta región del mundo. Si bien la opción por los pobres no aparece tácita en el discurso del Papa, está claro que sus mensajes públicos, al igual que sus posiciones al interior de la iglesia, van mucho más hacia esos principios básicos del cristianismo que reivindica el amor por los pobres y los más necesitados como fundamento de la iglesia.

 

¿Hasta dónde llegará ese cambio que plantea este Papa a una iglesia cuya estructura se volvió burocratizada y llena de soberbia y privilegios? ¿Hasta dónde un discurso tan social y revolucionario de un líder religioso como Francisco no inquietará intereses que sostienen modelos económicos y de globalización en el mundo? Eso se verá en el futuro inmediato; por lo pronto, hay un cambio en el mensaje de la cabeza de la iglesia que no sabemos aún si tendrá la fuerza para lograr cambiar a esa iglesia.

 

NOTAS INDISCRETAS…La emboscada de ayer a integrantes de la Marina, en la que murió un vicealmirante, confirma que no es a la Policía Federal solamente a la que han desafiado Los Caballeros Templarios, sino al Estado mexicano. La pregunta sigue siendo por qué el Ejército, que se supone tenía el mando en el Operativo Michoacán no ha desplegado toda su fuerza para responder al embate de estos grupos que actúan con tácticas de guerra de guerrillas?.. Los dados abren con Escalera. Arrancamos semana.