Les abrieron el Centro Histórico. Les regalaron dinero a través del ISSSTE mediante la regularización de ocho mil plazas. Les ofrecieron que no habría sanciones por incumplimiento de trabajo o daños a propiedad privada. Les garantizaron revisar el caso de sus compañeros en la cárcel acusados por secuestro. Les volvieron a dar dinero a través de programas especiales y, hace tres semanas, les abrieron otra vez la chequera federal para entregarles alrededor de dos mil créditos extraordinarios de vivienda. La Coordinadora de maestros, beneficiaria del arcón de recursos del erario y canonjías legales, dijo gracias, pero suspender el plantón y la movilización en la ciudad de México, ni hablar. El objetivo de la lucha, la derogación de la Reforma Educativa, se mantiene.

 

La CNTE, dicen observadores de la disidencia magisterial, siempre juega al primero y diez. La metáfora es inspirada en el futbol americano, donde el equipo atacante tiene cuatro oportunidades para avanzar 10 yardas y ganar cuatro oportunidades más de manera sucesiva hasta anotar puntos. En ese deporte, el equipo defensor tiene como meta que su adversario no gane ni una yarda, lo que se convierte en un juego de estrategias donde luchan agresivamente por cada yarda. Llevado a la mesa de  negociación, si se sienta la CNTE, siempre ganará algo con poco o nada a cambio. Eso ha sucedido en todos estos meses de negociaciones con la Secretaría de Gobernación, donde ha sido todo para ellos, pero nada tangible para el gobierno federal.

 

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