El próximo viernes 29 de julio, Manlio Fabio Beltrones podría dar a conocer la decisión que tomará sobre su futuro y los pasos a seguir en lo suyo, en la política.

 

Ese día, el sonorense se reunirá con los más de 200 diputados priistas que conformaron la bancada del PRI en la LXII Legislatura –Pedro Pablo Treviño, Héctor Gutiérrez de la Garza, Nuvia Mayorga, Alejandra del Moral, Javier Treviño y Antonio Astiazarán, entre otros– y de la cual él llevó las riendas.

 

Beltrones los ha convocado a una comida en la Hacienda de los Morales –la organización está a cargo de la duranguense Lourdes Quiñones– y son muchos los ex diputados que han confirmado ya su asistencia (previo pago de los mil pesos del costo del cubierto).

 

De entrada, para solidarizarse con él. Luego para saber qué decisión ha tomado sobre su futuro (y la del priismo).

 

Porque para nadie es un secreto que tanto los beltronistas como los antibeltronistas están en ascuas. Inquietos ante la posición que asumirá Beltrones sobre su futuro y el del partido.

 

En su equipo más cercano esperan saber, por lo pronto, si el sonorense mantiene su objetivo de convertirse nuevamente en senador por el PRI en 2018. Y si es así, qué ruta tomará para tratar de alcanzar ese objetivo.

 

Unos le aconsejan no descartar de antemano una posición en el gabinete de Enrique Peña Nieto. Consideran que podría ser el medio más sencillo y natural para negociar la senaduría en un momento dado.

 

Otros preferirían que Beltrones no aceptara una Secretaría de Estado. Es decir, que no se convierta en empleado del Presidente de la República. Eso, apuntan, lo ataría de manos y lo pondría en riesgo de ser corrido en cualquier momento (no es lo mismo que renunciar cuando uno así lo determina).

 

El camino más complicado es el de la libertad –entendida como no ocupar ningún cargo–; la independencia del gobierno podría rendirle fuertes dividendos con la militancia priista, e incluso entre la sociedad, si logra hacer oír su voz y se convierte en el referente moral del priismo.

 

¿Hay en esta última opción un terreno intermedio? Quizás. Tocará a Manlio Fabio hallarlo, en todo caso.

 

Pronto tomará su decisión.

 

Dos secretarías por Barrales.- Miguel Ángel Mancera le ha ofrecido a Jesús Ortega (a los Chuchos) dos Secretarías en el gobierno del DF, a cambio de que apoyen a Alejandra Barrales para la presidencia del PRD.

 

Pero los de Nueva Izquierda (NI) –sobre todo Ortega– no quieren. Aceptar esa propuesta significaría entregarle a Mancera el PRD a nivel nacional y convertirlo ipso facto en el candidato presidencial del Sol Azteca.

 

Tampoco los Bejaranos (IDN) están convencidos de apoyar a Barrales. En todo caso, ponen una condición: que no utilice la presidencia del partido como trampolín para la candidatura a la jefatura de Gobierno.

 

Ninguno de los bloques –ni el de ADN, Vanguardia IDN (les falta 3%); ni tampoco el de NI con Foro Nuevo Sol– logra aún la mayoría requerida. Serán los Galileos –que aún no deciden con quién se aliarán– los que definan este viernes si Barrales logra la presidencia o si se impone NI nuevamente, con Beatriz Mojica.

 

Gemas: obsequio de Andrés Manuel López Obrador: “¿De qué vivo? ¡Pues de mi trabajo. Y trabajo bastante!”.