CIUDAD DEL VATICANO. El Estado Islámico es un grupo de “niños engañados y manipulados” que actúan como “marionetas de otros intereses”, afirmó Mireille al Farah, una joven siria que debió permanecer en el extranjero ante al conflicto armado en su país.

 

En entrevista con Notimex, Al Farah aseguró que los milicianos que operan en su país y en Irak “no saben lo que hacen” y en realidad responden a una estrategia geopolítica más grande.

 

La joven salió de Siria en 2011 con la idea de tomar una pausa en su vida laboral y estudiar una maestría en España, pero se vio obligada a permanecer en Barcelona ante la imposibilidad de volver con su familia a causa de la revuelta contra el presidente Bashar al-Assad.

 

Al Farah ahora vive de ventas por internet y da clases de francés, mientras se prepara para el “post-conflicto”, porque está segura de que la violencia en su país terminará.

 

Confesó que en Siria todo se precipitó de un momento a otro, de repente las familias que eran vecinas y amigas quedaron enfrentadas por el odio y la desconfianza, incapaces de distinguirse mutuamente como conciudadanos.

 

Explicó que en 2011 comenzó la resistencia, un movimiento que pedía reformas políticas pero que rápidamente se convirtió en confesional cuando, en las manifestaciones se escucharon frases como: “Los cristianos a Beirut y los alawitas al Taut”.

 

“La persecución ahora no es solamente contra los cristianos, sino también contra otras minorías. En Siria tenemos 14 confesiones entre musulmanes, cristianos y judíos. Ellos (los terroristas) están contra todo lo que no sea sunnita. Todo se tornó muy violento”, acotó.

 

Denunció que la financiación de las milicias tiene su origen en Qatar y Arabia Saudita, países que compran armas europeas, especialmente de Francia, y esto demuestra que todo se trata de un juego de poder, un acuerdo geopolítico.

 

“Al final, el que pierde es el pueblo. Todos quieren arreglar sus cuentas en esta tierra: Rusia, Estados Unidos, los países europeos”, sostuvo.

 

“Para mí (el Estado Islámico) es un grupo de niños que han sido engañados. Les han mentido, les han manipulado, ellos no saben lo que están haciendo. Yo sigo su canal, su radio y me dan muchísima pena”, añadió.

 

Como ejemplo de la barbarie reveló que los extremistas islámicos establecieron el “día de las esclavas sexuales” y cuando se acerca, en los foros del Estado Islámico (EI) se pueden leer mensajes de milicianos emocionados como: “¡Hoy voy a comprar una mujer!”.

 

“Ellos creen ganar la salvación haciéndote daño, cuando nuestra religión propone lo contrario. No les tengo nada de odio, me gustaría hablar con ellos sinceramente para entenderlos, para que puedan ver que existe otra cosa en la vida”, apuntó.

 

Según Al Farah, los extremistas son “marionetas” de otros intereses porque el Medio Oriente es una región con muchos recursos naturales y culturales que podría convertirse en una poderosa fuerza internacional, algo que pondría en riesgo la hegemonía de Estados Unidos y Europa.

 

Sobre la afiliación de jóvenes occidentales al EI y a la Yihad (guerra santa musulmana) afirmó que viene de la crisis educativa y escolar en muchos países, además de la desintegración familiar que le quita el sentido de la vida a muchas personas.

 

Contó el caso de un muchacho italiano con problemas de drogadicción que intentó dormir en una iglesia, pero el sacerdote lo echó, entonces conoció unos marroquíes que le ofrecieron asilo. Hoy él es musulmán y todo su dinero lo destina a la Yihad.

 

“Entiendo la posición de los sacerdotes, porque podría ser peligroso recibir a cualquiera, pero a veces tenemos que darlo todo. No tener miedo a dar, aunque sea riesgoso”, recomendó.

 

También se dijo convencida de que la pesadilla en Siria terminará e indicó que, por eso, trabaja junto a otros connacionales en la preparación del “post-conflicto”.

 

“Hay que volver atrás en la historia para darnos cuenta que esta no es la primera vez que nos pasa esto. Hemos sido invadidos por los otomanos durante 400 años, por los mogules, los franceses, los romanos”, recordó.

 

“Nada es imposible para Dios, en serio. Todo pasa por algo. A lo mejor todo esto está pasando para hacer despertar a otras personas, quizás algunos deben sufrir para la salvación de los demás. Por eso durará lo que tenga que durar”, sentenció.  DM